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Daniel 6:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Así, pues, el rey Darío firmó el documento con la prohibición.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Sin embargo, cuando Daniel oyó que se había firmado la ley, fue a su casa y se arrodilló como de costumbre en la habitación de la planta alta, con las ventanas abiertas que se orientaban hacia Jerusalén. Oraba tres veces al día, tal como siempre lo había hecho, dando gracias a su Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Cuando Daniel supo que había sido firmado ese decreto, entró en su casa; su pieza estaba en el segundo piso y las ventanas daban a Jerusalén. Tres veces al día Daniel se ponía de rodillas, oraba y alababa a Dios como lo había hecho siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara alta que daban hacia Jerusalem, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como antes acostumbraba hacerlo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Y Daniel, cuando supo que la escritura estaba firmada, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que estaban hacia Jerusalén, se hincaba de rodillas tres veces al día, y oraba, y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.

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Daniel 6:10
47 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por mi parte, yo clamo hacia el Señor, y el Señor me librará.


Pedro y los apóstoles respondieron: 'Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.


Venid y saludémoslo, postrados, doblemos la rodilla ante el Señor, nuestro hacedor.


Por medio de el, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que celebran su nombre.


No os afanéis por nada, sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean públicamente presentadas a Dios.


De David. Cuando se fingió demente en presencia de Abimélec, y se fue luego, expulsado por él.


destruyes los pregoneros del embuste. Del hombre sanguinario y fraudulento el Señor abomina.


Pedro hizo salir fuera a todos. Luego, puesto de rodillas, oró y, vuelto al cadáver, dijo: 'Tabitá, levántate'. Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó.


Me arrojaste al abismo, al seno de los mares, y la corriente me envolvió; todas tus olas, tu oleaje, cargaron sobre mí.


Cuando Salomón terminó de dirigir a Yahveh esta plegaria y esta súplica, se levantó de delante del altar de Yahveh, donde había estado arrodillado con las manos extendidas hacia el cielo,


Cuando tu pueblo salga a combate contra su enemigo por el camino que tú le señalares, y dirijan a Yahveh sus plegarias vueltos hacia la ciudad que tú elegiste y hacia el templo que he construido para tu nombre,


Por esta razón, doblo mis rodillas ante el Padre,


Al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, hacía la hora sexta, subió Pedro a la terraza para orar.


Fueron de inmediato al palacio del rey y le recordaron el edicto real: '¿No has firmado un edicto, según el cual, quien, por el espacio de treinta días, hiciera alguna oración a quienquiera que sea, Dios u hombre, fuera de a ti, ¡oh rey!, sería arrojado al foso de los leones?'.


Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia, para que obtengamos misericordia y hallemos gracia para ser socorridos en el momento oportuno.


toda plegaria y toda súplica que te dirija cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando conozcan el dolor en su corazón y extiendan sus manos hacia este templo,


No temas por lo que vas a padecer. Mira: el diablo va a arrojar a algunos de vosotros a la cárcel para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida'.


Y todo lo que hagáis, de palabra o de obra, hacedlo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.


según mi ávida expectación y mi esperanza de que en nada seré defraudado, sino que, con toda valentía, ahora como siempre, Cristo será públicamente magnificado en mi cuerpo, ya sea mediante la vida, ya sea mediante la muerte.


Dicho esto, dobló sus rodillas con todos ellos y se puso a orar.


Pero yo le respondí: '¿Un hombre como yo va a huir? ¿Y quién, siendo como yo, penetrará en el templo para salvar su vida? ¡No entraré!'.


si en el país de los enemigos que los llevaron cautivos se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma te dirigen sus plegarias vueltos hacia la tierra que diste a sus padres y hacia la ciudad que elegiste y hacia el templo que acabo de edificar a tu nombre,


'Conozco dónde moras: allí donde está el trono de Satanás. Mantienes firme mi nombre y no has negado mi fe, ni en los días de Antipas, mi testigo, mi fiel, que fue muerto entre vosotros, ahí donde mora Satanás.


y la mayor parte de los hermanos, cobrando confianza en el Señor a causa de mis cadenas, han redoblado su audacia para predicar sin miedo la palabra [de Dios].


Pero, cuando se nos acabaron los días, emprendimos la marcha. Nos acompañaban todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad. Puestos de rodillas sobre la playa, oramos,


Pero yo en nada estimo la vida, que sólo considero valiosa para terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús de anunciar el evangelio de la gracia de Dios.


Y puesto de rodillas, gritó con fuerte voz: 'Señor, no les tomes en cuenta este pecado'. Y así diciendo, expiró.


'Id, presentaos en el templo y hablad al pueblo todas estas palabras de vida'.


Ahora, pues, Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos anunciar con toda entereza tu palabra;


En cierta ocasión, Pedro y Juan subían al templo para la oración de la hora nona


no están borrachos estos hombres, como suponéis, puesto que es la hora tercera del día;


Entonces él, como a la fuerza, se arrancó de su lado como a un tiro de piedra, y, puesto de rodillas, oraba


'Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre y a su madre, a la mujer y a los hijos, a los hermanos y a las hermanas, y más aún, incluso a sí mismo, no puede ser mi discípulo.


Ten piedad, oh Señor, que te estoy invocando todo el día;


A la hora del sacrificio de la tarde, salí de mi abatimiento y, con mis vestidos y manto rasgados, caí de rodillas, extendí las manos hacia Yahveh, mi Dios,


Salomón había hecho un estrado de bronce, de cinco codos de largo, cinco de ancho y tres de alto, y lo había colocado en medio del atrio. Y subido en él, se postró de rodillas en presencia de toda la asamblea de Israel y, extendiendo sus manos al cielo,


Escucha, pues, la súplica de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este lugar. Escucha desde el lugar de tu morada, en el cielo. Escucha y perdona.


Oré a Yahveh, mi Dios, e hice mi confesión: '¡Ah, Señor, el Dios grande y terrible que guarda la alianza y la misericordia con los que le aman y cumplen sus mandamientos!


Dice entonces al hombre que tenía la mano seca: 'Ponte aquí delante'.


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