Daniel 2:31 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

³¹ Tú ¡oh, rey!, tuviste una visión. Viste una estatua. Era una estatua muy grande y de extraordinario brillo. Se erguía frente a ti, y su aspecto era terrible.

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Biblia Reina Valera 1960

³¹ Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³¹ »En su visión, su majestad vio frente a sí una enorme estatua resplandeciente de un hombre; daba terror verla.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³¹ Viste una estatua muy grande y de un resplandor extraordinario; estaba de pie delante de ti y su aspecto era terrible.

La Biblia Textual 3a Edicion

³¹ Tú, oh rey, mirabas, y ¡he aquí una imagen colosal! Esta estatua, que era gigantesca, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie ante ti, y su aspecto era asombroso.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

³¹ Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.

Daniel 2:31 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Habacuc 1:7

Es espantoso y terrible: impone su ley y su poder como le place.

Ezequiel 28:7

por eso, yo voy a traer contra ti a extranjeros, a los más violentos de entre las naciones, que desenvainarán sus espadas contra tu bella sabiduría y profanarán tu esplendor.

Isaías 13:11

Castigaré en el mundo el mal, en los malvados su culpa, truncaré la soberbia de los insolentes, el orgullo de los tiranos humillaré.

Lucas 4:5

Y llevándolo a una altura, le mostró en un momento todos los reinos del mundo.

Mateo 4:8

De nuevo lo llevó el diablo a un monte elevadísimo, le mostró todos los reinos de la tierra y su esplendor,

Daniel 3:1

El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro de sesenta codos de altura por seis codos de anchura y la erigió en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia.

Daniel 2:36

Éste ha sido el sueño. Ahora expondremos al rey su interpretación.

Daniel 2:37

Tú, ¡oh rey!, eres rey de los reyes, a quien el Dios del Cielo ha concedido el imperio, el poder, la fuerza y la gloria.