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Daniel 2:23 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 A ti, Dios de mis padres, alabo y ensalzo, porque me has dado sabiduría y poder, me has revelado lo que te hemos pedido y me descubres el enigma del rey'.

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Biblia Reina Valera 1960

23 A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Te agradezco y te alabo, Dios de mis antepasados, porque me has dado sabiduría y fortaleza. Me revelaste lo que te pedimos y nos diste a conocer lo que el rey exigía».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Dios de mis padres, te alabo y te glorifico porque me has dado la sabiduría y la fuerza, y porque acabas de darme a conocer lo que te habíamos pedido: nos has revelado el secreto del rey'. '

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 ¡A ti, oh Dios de mis padres, Te alabo y te doy gracias, Pues me diste sabiduría y fortaleza, Y me revelaste lo que te pedimos: ¡Nos diste a conocer el asunto del rey!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

23 A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, que me diste sabiduría y fortaleza, y ahora me enseñaste lo que te pedimos; pues nos has enseñado el asunto del rey.

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Daniel 2:23
33 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

a fin de que imploraran la misericordia del Dios del Cielo acerca de aquel misterio y no tuvieran que perecer Daniel y sus compañeros con los demás sabios de Babilonia.


Y siguió diciendo Dios a Moisés: 'Así hablarás a los israelitas: 'Yahveh, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Éste es mi nombre para siempre; éste es mi título de generación en generación'.


En aquel momento, Jesús se estremeció de gozo en el Espíritu Santo y exclamó: 'Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos, y se las has revelado a gente sencilla. Sí, Padre; así lo has querido tú.


En aquella ocasión tomó Jesús la palabra y exclamó: 'Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra; porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla.


No; no suele hacer el Señor Yahveh cosa alguna sin revelar sus designios a sus siervos los profetas.


Dios otorgó a aquellos cuatro jóvenes conocimiento e inteligencia de toda escritura y sabiduría. Daniel, además, poseía el discernimiento de toda suerte de visiones y sueños.


Aquel día dirás: 'Te alabo, Yahveh, pues aunque te habías enojado contra mí, se calmó ya tu ira y me has consolado.


Ofrece a Dios la acción de gracias y cumple las promesas al Altísimo.


Los secretos del Señor se dan al que le teme, y, para instruirle, su alianza.


Pero uno de los ancianos me dice: 'Deja de llorar; que ha vencido el león de la tribu de Judá, la raíz de David, para abrir el rollo y sus siete sellos'.


Revelación de Jesucristo, la que Dios le dio para que mostrara a sus siervos lo que ha de suceder en breve. Se la manifestó a su siervo Juan por medio del ángel que le envió.


Quitaron, pues, la losa. Entonces Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: 'Padre, te doy gracias por haberme escuchado.


Más vale la sabiduría que las armas; un solo error destruye mucho bien.


La sabiduría hace al sabio más fuerte que diez gobernantes en una ciudad.


Más vale el sabio que el fuerte, más el mañoso que el forzudo,


El sabio expugna la ciudad de los fuertes, derriba el baluarte en que confiaban.


Mío es el consejo y la previsión, mía la inteligencia y la fuerza.


dijo: 'Yahveh, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú el Dios que está en el cielo y no dominas tú sobre todos los reinos de las naciones? ¿No están en tus manos la fuerza y el poder, sin que nadie pueda resistirte?


Ahora, pues, oh Dios nuestro, te celebramos, y alabamos tu nombre glorioso.


Bendijo entonces David a Yahveh en presencia de toda la asamblea diciendo: '¡Bendito seas tú, Yahveh, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre y para siempre!


Llegado el tiempo de ofrecer la oblación, se acercó el profeta Elías y exclamó: '¡Yahveh, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel! Que se reconozca hoy que tú eres el Dios de Israel y yo tu siervo, y que por orden tuya he realizado todas estas cosas.


Que Yahveh, nuestro Dios, sea con nosotros como lo fue con nuestros padres, y no nos rechace ni nos abandone,


y Yahveh se decía: '¿Puedo, acaso, ocultar a Abrahán lo que voy a hacer,


Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe qué hace su señor; os he llamado amigos, porque todo lo que he oído de mi Padre os lo he dado a conocer.


Y digo yo: mas vale la sabiduría que la fuerza pero la sabiduría del pobre se ve despreciada, y sus palabras no son escuchadas.


Si el Dios de mi padre, el Dios de Abrahán y el Terror de Isaac no hubiera estado conmigo, seguramente que me hubieras dejado ir de vacío. Dios ha visto mi congoja y la fatiga de mis manos, y se ha pronunciado la pasada noche'.


En tu poder, Señor, se goza el rey; con tu socorro, rebosa de alegría.


Con bendición de bienes le sales al encuentro y pones en su frente una corona de oro.


llámame y te responderé; te anunciaré cosas grandes e inaccesibles que tú no conoces.


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