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Daniel 10:18 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Aquel que tenía apariencia humana me tocó de nuevo, me infundió vigor

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Entonces el que se parecía a un hombre volvió a tocarme y sentí que recuperaba mis fuerzas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 El personaje que parecía un hombre me tocó de nuevo y me reconfortó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Entonces, aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Entonces vino otra vez el que tenía semejanza de hombre y me tocó y me fortaleció;

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Daniel 10:18
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Entonces, uno que tenía apariencia humana tocó mis labios. Abrí la boca, hablé y dije al que estaba delante de mí: 'Señor mío, durante la visión sentí grandes dolores y he quedado exhausto.


Entonces se le apareció un ángel venido del cielo que lo confortaba.


Mientras él hablaba conmigo, caí rostro en tierra desmayado. Él me tocó y me puso de pie en el lugar donde me hallaba.


para que, fortalecidos bajo todos los aspectos, según el poder de su gloria, con ánimo constante y llenos de alegría,


para que os conceda, según la riqueza de su gloria, ser poderosamente fortalecidos por la acción de su Espíritu en vuestro interior;


Al cabo de algún tiempo emprendió un nuevo viaje y recorrió, una tras otra, las regiones de Galacia y Frigia, para fortalecer a todos los discípulos.


pero yo he rogado por ti, a fin de que tu fe no desfallezca. Y luego tú, cuando te hayas vuelto, confirma a tus hermanos'.


Entonces una mano me tocó, me obligó a sostenerme sobre las rodillas y sobre las palmas de las manos


¿Necesitaría gran fuerza para discutir conmigo? No; le bastaría escucharme.


os animaría con frases de mi boca y no cesaría de mover los labios.


David tuvo miedo al saber que Saúl había salido a campaña para atentar contra su vida. David estaba en el desierto de Zif, en Jorsá.


Mientras yo, Daniel, contemplaba la visión y trataba de comprenderla, vi, de pie, junto a mí, a uno que tenía figura humana,


El día en que te invoco, tú me atiendes y acrecientas las fuerzas de mi alma.


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