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Daniel 10:11 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 y me dijo: 'Daniel, hombre apreciado, fíjate en las palabras que voy a decirte y ponte de pie en el lugar en que estás, pues ahora he sido enviado a ti'. Mientras me decía estas palabras, me puse de pie, temblando.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Entonces el hombre me dijo: «Daniel, eres muy precioso para Dios, así que presta mucha atención a lo que tengo que decirte. Ponte de pie, porque me enviaron a ti». Cuando me dijo esto, me levanté, todavía temblando.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 El hombre me dijo: 'Daniel, toma en serio las palabras que te digo y manténte de pie, he sido enviado hasta ti porque tú eres amado de Dios'. Cuando me hubo hablado así, pude ponerme de pie aunque seguía temblando.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie, porque a ti he sido enviado ahora. Y cuando me hubo dicho esa palabra, me puse en pie temblando.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y levántate sobre tus pies; porque a ti he sido enviado ahora. Y cuando él hablaba conmigo estas palabras, yo me puse de pie, temblando.

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Daniel 10:11
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero levántate y ponte en pie; porque para esto me he aparecido a ti, para constituirte en servidor y testigo de lo que acabas de ver y de lo que aún te mostraré.


Ellas salieron huyendo del sepulcro, porque estaban sobrecogidas de temor y espanto. Y nada dijeron a nadie, porque tenían mucho miedo. [


Me dijo: 'Hijo de hombre, ponte de pie, que voy a hablarte'.


Pero levántate, entra en la ciudad y te dirán lo que has de hacer'.


Volviéndose Pedro, ve que los iba siguiendo el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado en su pecho y le había preguntado: 'Señor, ¿quién es el que te va a entregar?'.


Uno de sus discípulos, aquel a quien Jesús amaba, estaba recostado a la mesa junto al pecho de Jesús.


y me dijo: 'No temas, hombre apreciado. La paz sea contigo. ¡Vamos, ten ánimo!'. Mientras me hablaba, me sentí fortalecido y le dije: 'Hable mi señor, puesto que me has fortalecido'.


No comí manjares delicados; ni carne ni vino entraron en mi boca; y no me ungí hasta que se cumplieron las tres semanas.


Escucha, hija, atiende y apresta tus oídos: olvida tu nación y tu familia.


Por eso me palpita el corazón y se me sale fuera de su sitio.


Sean tus pechos cual racimos de la vid, y el olor de tu aliento como el de manzanas; tu boca, como el vino más gustoso, que va directamente hacia el amado, fluyendo por los labios y los dientes.


y estuvieran en él estos tres hombres, Noé, Daniel y Job, ellos, por su justicia, se salvarían a sí mismos -oráculo del Señor Yahveh.


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