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Colosenses 3:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 pues habéis muerto, y vuestra vida está oculta, juntamente con Cristo, en Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Pues han muerto, y su vida está ahora escondida con Cristo en Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Porque ya habéis muerto, y vuestra vida está escondida con el Mesías en Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

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Colosenses 3:3
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y ya no vivo yo; es Cristo quien vive en mí. Y respecto del vivir ahora en carne, vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí.


¡Ni pensarlo! Quienes ya hemos muerto al pecado, ¿cómo hemos de seguir todavía viviendo en él?


Si habéis muerto con Cristo a los elementos del mundo, ¿cómo es que, cual si vivierais en este mundo, os dejáis imponer ordenanzas del tipo de


De verdad os aseguro: quien escucha mi palabra y cree a aquel que me envió, tiene vida eterna y no va a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.


Porque la ley del Espíritu, dador de la vida en Cristo Jesús, me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.


Porque, si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios mediante la muerte de su Hijo, con mucha más razón, una vez reconciliados, seremos salvados por su vida.


Pues el amor de Cristo nos apremia cuando pensamos que uno murió por todos. Por consiguiente, todos murieron.


Pues lo mismo que el Padre resucita a los muertos devolviéndoles la vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.


Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que ninguno de los que creen en él no perezca, sino que tenga vida eterna.


Dentro de poco, el mundo ya no me verá; pero vosotros me veréis, porque yo sigo viviendo y vosotros viviréis.


sino que sea el interior del corazón, un inalterable espíritu suave y tranquilo. Esto es lo precioso ante Dios.


En aquella ocasión tomó Jesús la palabra y exclamó: 'Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra; porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla.


Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces también vosotros seréis manifestados juntamente con él, en gloria.


De ahí que definitivamente pueda salvar a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder a favor de ellos.


en quien se encuentran, escondidos, todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.


Y, sin embargo, ¡no queréis venir a mí para tener vida!'


pero el que beba del agua que yo le daré, ya no tendrá sed jamás, pues el agua que yo le daré se convertirá, dentro de él, en manantial de agua que brote para vida eterna'.


Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las Iglesias. Al que venza, le daré el maná escondido y una piedrecita blanca sobre la que habrá escrito un nombre que nadie conoce sino el que lo recibe'.


Queridos míos, ahora somos hijos de Dios, aunque todavía no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como es.


Y la paz de Dios, que está por encima de todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.


Así está escrito: El primer hombre, Adán, fue ser viviente; el último Adán, espíritu vivificante.


En un plano puramente humano el hombre no capta las cosas del Espíritu de Dios, porque son para él necedad; y no puede conocerlas, porque sólo pueden ser examinadas con criterios espirituales.


a fin de que, así como el pecado reinó para la muerte, así también la gracia, mediante la justicia, reine para vida eterna por Jesucristo nuestro Señor.


movidos por la esperanza de lo que os está reservado en el cielo y acerca de lo cual habéis sido informados en el mensaje de la verdad, del Evangelio,


pues por fe caminamos, no por realidad vista.


Así también vosotros consideraos, de una parte [que estáis] muertos al pecado; y de otra, vivos para Dios en Cristo Jesús.


y de mostrar a plena luz [frente a todos] cómo se realiza el misterio oculto desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas,


para vivir el resto de sus días no según las pasiones humanas, sino según la voluntad de Dios.


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