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Cantares 8:13 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 ¡Oh tú, la que tienes tu morada en los jardines! Los amigos escuchan. ¡Hace sentir tu voz!

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Biblia Reina Valera 1960

13 Oh, tú que habitas en los huertos, Los compañeros escuchan tu voz; Házmela oír.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Amada mía, tú que te entretienes en los jardines, tus compañeros tienen la dicha de oír tu voz. ¡Déjame oírla también!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 ¡Oh tú que habitas en los huertos!, tus compañeros prestan oído a tu voz, haz que yo también la pueda oír.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Ella ¡Oh, tú que habitas en los huertos, Los compañeros anhelan oír tu voz! ¡Házmela oír!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Oh, tú la que moras en los huertos, los compañeros escuchan tu voz; házmela oír.

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Cantares 8:13
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Levántate, aquilón; avanza, austro, soplad en mi jardín, que corran sus perfumes.


Dime, amado de mi alma, dónde apacientas el rebaño, dónde sestea al mediodía, para que no vague perdida tras la grey de tus zagales.


y enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado. Y mirad: yo estoy con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos'.


Porque donde están dos o tres congregados para invocar mi nombre, allí estoy yo entre ellos'.


Al huerto de nogales descendí, para ver los retoños de la vega, para ver si germinan ya las viñas, si el granado está en flor.


Mi amado descendió a su jardín, al arriate del bálsamo, a apacentar en los vergeles, a recoger los lirios.


Invócame en el día de la angustia: te libraré y tú me darás gloria.


Con todo su esplendor aparece la princesa, con bordados de oro en sus vestidos.


Cuando le vieron, le asignaron treinta compañeros para que estuvieran con él.


'Vete', contestó él. Y la despidió por dos meses. Ella se fue con sus compañeras por los montes y estuvo haciendo duelo por su virginidad.


Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid y recibiréis, y así vuestra alegría será plena'.


Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis, y os será concedido.


Mi viña, la que es mía, la retengo. Para ti, Salomón, los mil siclos, y da doscientos a los guardas.


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