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Cantares 3:4 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Apenas los pasé, topé con el amado de mi alma. Le así y ya no le dejaré, hasta meterlo en la casa de mi madre, en la alcoba de la que a mí me concibió.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Apenas hube pasado de ellos un poco, Hallé luego al que ama mi alma; Lo así, y no lo dejé, Hasta que lo metí en casa de mi madre, Y en la cámara de la que me dio a luz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Y apenas me alejé de ellos, ¡encontré a mi amado! Lo tomé y lo abracé con fuerza, y lo llevé a la casa de mi madre, a la cama de mi madre, donde fui concebida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 ¿Han visto a mi amado? Apenas los había dejado cuando encontré al amado de mi alma. Lo abracé y no lo soltaré más hasta que no lo haya hecho entrar en la casa de mi madre, en la pieza de la que me dio a luz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Apenas los había pasado, Hallé al que ama mi alma, Me prendí de él y no quise soltarlo, Hasta que lo introduje en la casa de mi madre, En la alcoba de la que me concibió.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Pasando de ellos un poco, hallé luego al que ama mi alma; trabé de él, y no lo dejé, hasta que lo metí en casa de mi madre, y en la cámara de la que me concibió.

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Cantares 3:4
21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yo de guía, habría de llevarte a la casa de la madre y tú me enseñarías. Te daría a beber vino aromático y jugo de granadas.


yo amo a los que me aman, y los que me buscan me encuentran.


Guarda la instrucción, no la abandones; consérvala, porque es tu vida.


Pedid y os darán; buscad y encontraréis; llamad y os abrirán.


Tet. Bueno es Yahveh para los que en Él esperan, para el alma que le busca.


No hablé en lo escondido, ni en lugar tenebroso de la tierra. No dije a la estirpe de Jacob: 'Buscadme en el caos'. Yo soy Yahveh, que digo verdad y declaro lo que es justo.


No sé cómo, me puso mi deseo en el carro del príncipe.


Pero la Jerusalén de arriba es libre; y ésta es nuestra madre.


Y de pronto, Jesús les salió al encuentro y las saludó: '¡Salve!'. Ellas se acercaron, se abrazaron a sus pies y lo adoraron.


Tu cuello, como torre de marfil; tus ojos, las albercas de Jesbón, a las puertas del Bat Rabín. Tu nariz es semejante a la torre del Líbano que mira hacia Damasco.


pero viendo que no podía dominarle, le tocó en la articulación del muslo. Entonces la articulación del muslo de Jacob se dislocó mientras luchaba contra él.


¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo: tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?


ni altura ni profundidad, ni ninguna otra cosa creada, podrá separarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.


Dime, amado de mi alma, dónde apacientas el rebaño, dónde sestea al mediodía, para que no vague perdida tras la grey de tus zagales.


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