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Cantares 1:15 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 ¡Que eres bella, amada mía, que eres bella! Tus ojos son palomas.

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Biblia Reina Valera 1960

15 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; He aquí eres bella; tus ojos son como palomas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa! Tus ojos son como palomas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 ¡Oh mi amor, ¡qué bella eres, qué bella eres con esos ojos de paloma!

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Él He aquí eres hermosa, oh amada mía. ¡Cuán bella eres! Tus ojos son como palomas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 He aquí que tú eres hermosa, amada mía; he aquí que eres bella; tus ojos son como de paloma.

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Cantares 1:15
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¡Qué bella eres, amada mía, qué hermosa eres! Tus ojos son palomas, a través de tu velo. Tus cabellos, como un hato de cabras ondulando en el monte Galaad.


Sus ojos, cual palomas al lado del límpido arroyo, bañándose en leche, descansando en la margen.


Eres toda hermosa, amada mía, no hay defecto en ti.


Vosotros preguntáis: '¿Por qué?'. Porque Yahveh es testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la cual has traicionado, a pesar de ser tu compañera y la mujer de tu alianza.


Tu cabeza erguida como el Carmelo; tus guedejas, como la púrpura real, recogidas en trenzas.


Eres bella, amiga mía, como Tirsá, como Jerusalén, llena de gracia, terrible como ejército formado bajo las banderas.


Yo dormía, pero mi corazón velaba. ¡Una voz! Mi amado llama: '¡Ábreme, hermana, amada mía, mi paloma sin mancha; mi cabeza rezuma de rocío; mis bucles, de las gotas de la noche'.


¡Qué exquisitos tus amores, hermana y novia mía! Tus amores son más sabrosos que el vino; el olor de tus perfumes, más que todos los bálsamos.


Despuntan las yemas de las brevas, las viñas en flor exhalan su fragancia. ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven!


Mi amado me llama y me dice: ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven!


Si lo ignoras, la más hermosa de las mujeres, ve siguiendo las huellas del rebaño, y apacienta tus cabrillas junto al aprisco de los pastores.


Eres, amada mía, como la yegua de la carroza del Faraón.


¡Qué hermoso eres, amado mío, qué dulce delicia! Nuestro lecho es de fronda.


¿Quién es aquélla que se alza como la aurora, hermosa como la luna, brillante como el sol, terrible como ejército formado bajo las banderas?


¡Qué bella y qué agraciada! ¡Qué delicioso tu amor!


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