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Apocalipsis 14:13 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Y oí una voz del cielo que decía: 'Escribe: 'Dichosos ya desde ahora los que mueren en el Señor'. Sí, dice el Espíritu, que descansen de sus fatigas, pues sus obras los acompañan'.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Y oí una voz del cielo que decía: «Escribe lo siguiente: benditos son los que de ahora en adelante mueran en el Señor. El Espíritu dice: “Sí, ellos son en verdad benditos, porque descansarán de su arduo trabajo, ¡pues sus buenas acciones los siguen!”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Entonces oí una voz que decía desde el cielo: 'Escribe esto: Felices desde ahora los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansen de sus fatigas, pues sus obras los acompañan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Y oí una voz del cielo que decía: Escribe: ¡Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor de aquí en adelante! ¡Así sea! dice el Espíritu. Les será dado descanso de sus fatigas, porque sus obras van° con ellos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Y oí una voz del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, porque descansan de sus trabajos; pero sus obras con ellos continúan.

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Apocalipsis 14:13
41 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Dichoso y santo el que tiene parte en la primera resurrección. Sobre éstos no tiene potestad la segunda muerte, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él por [los] mil años.


que murió por nosotros, para que, ya nos sorprenda despiertos o ya dormidos, lleguemos a vivir en su compañía.


Pues cuando se dé la orden, a la voz de un arcángel y al son de una trompeta de Dios, el mismo Señor descenderá del cielo y resucitarán en primer lugar los muertos en Cristo;


De manera que, amados hermanos míos, manteneos firmes, inconmovibles, progresando constantemente en la obra del Señor y sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no cae en el vacío.


Entonces me dice: 'Escribe: dichosos los invitados al banquete de las bodas del Cordero'. Y añadió: 'Éstas son las palabras verdaderas de Dios'.


El que estaba sentado en el trono dijo: 'Mirad, todo lo hago nuevo'. Y añadió: 'Escribe; porque éstas son las palabras fidedignas y verdaderas'.


Se les dio a cada uno una túnica blanca y se les dijo que estuvieran tranquilos todavía un poco de tiempo, hasta que se completase el número de sus consiervos y de sus hermanos, que serían asesinados igual que ellos.


Pero tenemos ánimo e incluso preferimos exiliarnos del cuerpo y vivir junto al Señor.


El séptimo derramó su copa en el aire. Y salió del santuario una gran voz que procedía del trono y que decía: '¡Hecho está!'


por ella volverán los salvados de Yahveh. Vendrán a Sión con júbilo, habrá alegría eterna sobre sus cabezas. Alegría y gozo serán su compañía, pesadumbre y gemido se alejarán.


deseables más que el oro y que el metal precioso, más dulces que la miel y que el jugo del panal.


Por sí mismo el Señor dará los bienes y nuestra tierra hará el don de sus cosechas.


Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera Dios, por medio de Jesús, llevará con él a los que ya murieron.


En este caso, también los que durmieron en Cristo están perdidos.


Pues, si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así, pues, tanto en vida como en muerte pertenecemos al Señor.


Ahora yo os digo: procuraos amigos mediante la riqueza injusta, para que, cuando ésta se acabe, os reciban en las moradas eternas.


mientras de los cielos salió una voz que decía: 'Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco'.


Se abrió el santuario de Dios que está en el cielo y apareció el arca de su alianza en su santuario. Y hubo relámpagos y voces y truenos y terremoto y una gran granizada.


Tocó el séptimo ángel. Y hubo grandes voces en el cielo que decían: 'El reino del mundo ha pasado a nuestro Señor y a su Cristo. Él reinará por los siglos de los siglos'.


Estaba yo a punto de escribir al dar los siete truenos cuando oí una voz del cielo que decía: 'Sella las cosas que hablaron los siete truenos y no las escribas'.


Al ángel de la Iglesia de Éfeso escribe: 'Esto dice el que tiene en su diestra las siete estrellas, el que se pasea en medio de los siete candelabros de oro:


Y si, además, mi sangre es derramada en libación sobre el sacrificio y el ministerio sagrado de vuestra fe, me alegro y me congratulo con todos vosotros.


Pero Abrahán le contestó: 'Hijo, acuérdate de que ya recibiste tus bienes en tu vida y Lázaro, en cambio, los males; ahora, pues, él tiene aquí el consuelo, mientras tú el tormento.


que decía: 'Escribe en un rollo lo que vas a ver y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardes, a Filadelfia y a Laodicea'.


Mas tú, vete y descansa. Al final de los días te levantarás para recibir tu parte'.


Pero no. Cristo ha sido resucitado de entre los muertos, primicias de los que han muerto.


Hay algunos cuyos pecados son manifiestos aun antes de ser sometidos a juicio; otros, en cambio, sólo se descubren después.


Lo mismo pasa con las obras: las buenas están al descubierto; las que no lo son no pueden quedar ocultas.


Quien tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venza, le daré a comer del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios'.


El Espíritu y la esposa dicen: 'Ven'. El que oiga, diga: 'Ven'. Quien tenga sed, que se acerque. El que quiera, tome gratis del agua de la vida.


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