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Apocalipsis 14:11 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 El humo de su tormento sube por los siglos de los siglos; y no tienen reposo ni de día ni de noche los que adoran la bestia y su imagen y reciben la marca de su nombre'.

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Biblia Reina Valera 1960

11 y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 El humo de su tormento subirá por siempre jamás, y no tendrán alivio ni de día ni de noche, porque adoraron a la bestia y a su estatua y aceptaron la marca de su nombre».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 No hay reposo, ni de día ni de noche, para los que adoran a la bestia y a su imagen, ni para quienes se dejan marcar con la marca de su nombre. El humo de su tormento se eleva por los siglos de los siglos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 y el humo de su tormento sube por siglos y siglos,° y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que recibe la marca de su nombre!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Y el humo del tormento de ellos sube para siempre jamás; y los que adoran a la bestia y a su imagen no tienen reposo ni de día ni de noche, ni cualquiera que reciba la marca de su nombre.

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Apocalipsis 14:11
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por segunda vez dijeron: '¡Aleluya!'. Su humareda sube por los siglos de los siglos.


Ni de noche ni de día se extinguirá, perpetuamente subirá su humo. De edad en edad quedará desolado, por los siglos de los siglos nadie lo atravesará.


El diablo que los había seducido fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.


Y éstos irán a un castigo eterno y los justos a una vida eterna'.


Entonces dirá también el rey a los de la izquierda: 'Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles.


y clamaron al contemplar la humareda de su incendio: '¿Qué ciudad semejante a la gran ciudad?'.


Los seguía otro ángel, el tercero, que decía con gran voz: 'Si alguno adora la bestia y su imagen y recibe su marca en la frente o en la mano,


Temieron en Sión los pecadores, temblor sobrecogió a los impíos. ¿Quién de nosotros morará en fuego devorador? ¿Quién de nosotros morará en hogueras eternas?


y mirando hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la tierra del contorno, vio que el humo subía de la tierra como la humareda de un horno.


Tocó el séptimo ángel. Y hubo grandes voces en el cielo que decían: 'El reino del mundo ha pasado a nuestro Señor y a su Cristo. Él reinará por los siglos de los siglos'.


diciendo: 'Amén. La bendición y la gloria, la sabiduría y la acción de gracias, el honor, el poder y la fortaleza a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén'.


Y en cambio, respecto del Hijo: Tu trono, oh Dios, subsiste para siempre; y tu cetro real es un cetro justiciero.


Alabanza. De David. Yo te quiero ensalzar, mi Dios, el rey, quiero por siempre bendecir tu nombre,


Yahveh reina por los siglos: fenecen los gentiles alejados de su tierra.


Ya no habrá noche, y no necesitan luz de lámpara ni luz de sol, porque el Señor, Dios, los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos.


Ejerce toda la autoridad de la primera bestia al servicio de ésta; hace que la tierra y sus moradores adoren a la primera bestia, a aquella cuya herida mortal fue curada.


Venid a mí todos los que estáis rendidos y agobiados por el trabajo, que yo os daré descanso.


Los malos son como el mar embravecido, que no puede calmarse, y cuyas aguas remueven fango y cieno.


Entre esas naciones no tendrás sosiego ni hallarás lugar donde posar la planta de tu pie. Allí te dará Yahveh un corazón trémulo, ojos desalentados y congoja de espíritu.


Porque es el día de la venganza de Yahveh, el año de desquite en el pleito de Sión.


El que no se postre y no la adore, será arrojado al instante a un horno de fuego ardiente'.


Se le concedió infundir espíritu en la imagen de la bestia y que la imagen de la bestia pudiera hablar y pudiera condenar a la muerte a cuantos no adoraran la imagen de la bestia.


y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca, el nombre de la bestia o la cifra de su nombre.


Llorarán y plañirán por ella los reyes de la tierra, los que con ella fornicaron y se entregaron al lujo, cuando vean la humareda de su incendio,


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