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2 Samuel 16:4 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Entonces el rey dijo a Sibá: 'Para ti será todo lo que pertenece a Meribaal'. Respondió Sibá: 'Me postro ante ti. ¡Goce yo de tu favor, oh rey, mi señor!'.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Entonces el rey dijo a Siba: He aquí, sea tuyo todo lo que tiene Mefi-boset. Y respondió Siba inclinándose: Rey señor mío, halle yo gracia delante de ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 —En ese caso —le dijo el rey a Siba—, te doy todo lo que le pertenece a Mefiboset. —Me inclino ante usted —respondió Siba—, que yo siempre pueda complacerlo, mi señor el rey.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El rey dijo a Siba: 'Todo lo que tiene Meribaal te pertenece'. Siba respondió: '¡Sólo puedo inclinarme, que siempre cuente con el favor del rey mi señor!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Entonces el rey dijo a Siba: ¡He aquí que todo lo que pertenece a Mefi-boset es tuyo! Y Siba dijo: ¡Oh rey señor mío, me postro y espero hallar gracia ante tus ojos!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Entonces el rey dijo a Siba: He aquí, sea tuyo todo lo que tiene Mefiboset. Y Siba inclinándose, respondió: Rey señor mío, halle yo gracia delante de ti.

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2 Samuel 16:4
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Quien declara el primero parece justo: pero llega su adversario y lo refuta.


Quien responde sin antes escuchar cosecha necedad y confusión.


Sin reflexión, el celo no es bueno; quien precipita el paso tropieza.


Un solo testigo no vale contra nadie en ningún caso de delito o pecado, cualquiera que sea el pecado. La causa deberá apoyarse en el testimonio de dos o tres testigos.


No aceptarás regalos, porque los regalos ciegan hasta a los más clarividentes y pervierten las causas justas.


Cayó entonces Joab rostro en tierra, postrándose, bendijo al rey y exclamó: 'Ahora sabe tu siervo, oh rey, mi señor, que cuento con tu favor, pues el rey va a cumplir los deseos de su siervo'.


Se presentó, pues, la mujer de Tecoa al rey y se postró rostro en tierra ante él, al tiempo que exclamaba: 'Auxíliame, ¡oh rey!'.


Cuando Meribaal, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, llegó ante David, echóse sobre su rostro y se prosternó. Dijo entonces David: '¡Meribaal!'. Éste respondió: '¡Servidor tuyo soy!'.


Llamó entonces el rey a Sibá, criado de Saúl, y le dijo: 'Todo cuanto pertenecía a Saúl y a su casa se lo entrego al hijo de tu amo.


El rey le preguntó: '¿Y dónde está el hijo de tu señor?'. Sibá replicó al rey: 'Se ha quedado en Jerusalén, porque piensa: 'Hoy me ha de restituir la casa de Israel el reino de mi padre''.


Cuando el rey David llegó a Bajurín, salió de allí un hombre del clan de la casa de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá. Avanzaba profiriendo maldiciones


Respondió él: '¡Oh rey mi señor! Mi criado me engañó, pues tu siervo le había dicho: 'Aparéjame el asno, montaré sobre él para ir con el rey, pues tu siervo es cojo'.


Replicó el rey a la mujer: 'Vete a tu casa, que yo daré las órdenes oportunas respecto a tu asunto'.


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