Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





2 Reyes 6:29 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Cocimos a mi hijo y nos lo comimos; y al día siguiente le dije: 'Dame tu hijo y nos lo comeremos'. Pero ella ha escondido a su hijo'.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

29 Cocimos, pues, a mi hijo, y lo comimos. El día siguiente yo le dije: Da acá tu hijo, y comámoslo. Mas ella ha escondido a su hijo.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Entonces cocinamos a mi hijo y nos lo comimos. Al día siguiente, yo le dije: “Mata a tu hijo para que nos lo comamos”, pero ella lo había escondido.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Pues bien cocimos a mi hijo y lo comimos, pero cuando al día siguiente le digo: Dame a tu hijo para que lo comamos, lo escondió'.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

29 Cocimos, pues, mi hijo y lo comimos; y al día siguiente le dije: Entrega tu hijo para que podamos comerlo, pero ella ha escondido a su hijo.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

29 Así que cocimos a mi hijo, y lo comimos; y al día siguiente yo le dije a ella: Da acá a tu hijo, y comámoslo; pero ella ha escondido a su hijo.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




2 Reyes 6:29
9 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

La angustia y la miseria a la que te reducirá tu enemigo será tanta que llegarás a comer el fruto de tus entrañas, la carne de los hijos y las hijas que Yahveh, tu Dios, te ha dado.


Comeréis la carne de vuestros hijos y la carne de vuestras hijas comeréis.


y se esconderá de ellos para devorar en secreto, por no tener otra cosa, las secundinas que salgan de su seno y el hijo que acaba de dar a luz; tanta será la angustia y la miseria a que te reducirá tu enemigo dentro de tus ciudades.


Como uno a quien su madre consuela, así os consolaré yo: en Jerusalén seréis consolados'.


¿Olvida una mujer a su niño, una madre al hijo de sus entrañas? Pues aunque ellas lo olvidaran, yo no me olvidaría de ti.


Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, dirigiéndose al rey, porque se le habían conmovido las entrañas por su hijo, le dijo: '¡Por favor, señor mío! Entregadle a ésta el niño vivo, pero no lo matéis'. Por el contrario, la otra decía: 'No será para mí, ni para ti; que lo partan'.


Si ni aun así me escucháis y seguís oponiéndoos a mí,


Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que, en todo tu país, se derrumben las murallas más altas y mejor fortificadas, en las que tú confiabas; que te asediará en todas tus ciudades, en toda la tierra que Yahveh, tu Dios, te ha dado.


Yod. Manos de mujeres delicadas pusieron a cocer sus propios hijos, y éstos fueron su alimento en el desastre de la hija de mi pueblo.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម