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2 Reyes 5:13 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Acercáronse a él sus servidores y le dijeron: 'Padre mío, si el profeta te hubiera mandado algo difícil ¿no lo habrías hecho? ¡Cuanto más si te ha dicho: lávate y quedarás limpio!'.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Sus oficiales trataron de hacerle entrar en razón y le dijeron: «Señor, si el profeta le hubiera pedido que hiciera algo muy difícil, ¿usted no lo habría hecho? Así que en verdad debería obedecerlo cuando sencillamente le dice: “¡Ve, lávate y te curarás!”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13-14 Pero sus sirvientes se acercaron y le dijeron: 'Padre mío, si el profeta te hubiera pedido algo difícil ¿no lo habrías hecho? ¿Por qué pues no lo haces cuando tan sólo te dice: Lávate y quedarás sano?' Bajó pues y se sumergió en el Jordán siete veces tal como le había dicho el hombre de Dios. ¡Y después de eso su carne se volvió como la carne de un niñito; estaba sano! '

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Pero sus siervos se acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te hubiera dicho que hicieras alguna cosa difícil ¿no la cumplirías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 Mas sus criados se acercaron a él, y le hablaron, diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio?

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2 Reyes 5:13
31 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Al verlos, dijo el rey de Israel a Eliseo: '¿Los mato, padre mío?'.


Yo le respondí: 'Señor mío, tú lo sabes'. Él me dijo: 'Éstos son los que vienen de la gran tribulación, han lavado sus vestidos y los han blanqueado en la sangre del Cordero.


Enfermó Eliseo de la enfermedad de que había de morir. Bajó a verlo Joás, rey de Israel, quien se puso a llorar en su presencia, diciendo: '¡Padre mío, padre mío, carros y caballería de Israel!'.


Eliseo lo veía y gritaba: '¡Padre mío, padre mío, carros y caballería de Israel!' Y ya no lo vio más. Entonces tomó sus vestidos y los rasgó en dos partes.


Con ella se simboliza el bautismo que ahora os salva y que no consiste en quitar una impureza corporal sino en pedir a Dios una conciencia buena, todo ello por la resurrección de Jesucristo


Acerquémonos, pues, con corazón sincero y fe plena, purificado el corazón de toda impureza de conciencia y lavado el cuerpo con agua pura.


no nos salvó por las obras de justicia que hubiéramos realizado nosotros, sino, según su misericordia, por el baño regenerador y renovador del Espíritu Santo,


Y ahora, ¿qué esperas? Anda, bautízate y límpiate de tus pecados invocando su nombre'.


Pues aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, padres no tenéis muchos: porque yo os engendré en Cristo Jesús por el Evangelio.


Todo lo contrario: lo que para el mundo es necedad, lo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo que para el mundo es debilidad, lo escogió Dios para avergonzar a los fuertes;


Y porque el mundo no conoció, mediante su sabiduría, a Dios en la sabiduría de Dios, quiso Dios salvar, mediante la necedad del mensaje de la predicación, a los que tienen fe.


Dícele Pedro: 'No me lavarás los pies jamás'. Jesús le contestó: 'Si no te lavo, no tendrás parte conmigo'.


A nadie en la tierra llaméis padre vuestro; porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo.


El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy señor, ¿dónde está mi temor? Yahveh Sebaot os habla, sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Vosotros decís: '¿En qué menospreciamos tu nombre?'.


lavaos, purificaos, apartad vuestras malas acciones de delante de mis ojos; cesad de obrar el mal,


Mira que en la iniquidad he nacido y en la maldad me concibió mi madre.


Cuando, después que se hubo unido a Betsabé, vino a su encuentro el profeta Natán.


Fue, pues, Jazael a su encuentro, llevando consigo, como regalo, todo lo mejor de Damasco, cargado en cuarenta camellos. Llegó y se presentó ante él, diciendo: 'Tu hijo, Ben Hadad, rey de Aram, me envía a ti para preguntarte: '¿Lograré sobrevivir a esta enfermedad?''.


Eliseo le envió un mensajero a decirle: 'Ve y lávate siete veces en el Jordán; volverá a ti tu carne y quedarás limpio'.


Y ella dijo a su señora: '¡Ah! Si mi señor se presentara a un profeta que hay en Samaría, él lo curaría de la lepra'.


Dijéronle sus servidores: 'Mira: hemos oído decir que los reyes de la casa de Israel son benignos. Pongámonos sacos en la cintura y sogas en la cabeza y salgamos así hacia el rey de Israel. Quizá permita que sigas con vida'.


Por su parte, los servidores del rey de Aram le dijeron a éste: 'El Dios de ellos es un dios de la montaña, por eso han prevalecido sobre nosotros. Pero si les presentamos batalla en la llanura, ¿no vamos a ser más fuertes que ellos?


Le hizo montar sobre la segunda carroza que tenía y pregonaban delante de él: ¡Abrek! Y así, lo puso al frente de toda la tierra de Egipto.


y le dijo: 'Ve a lavarte a la piscina de Siloé', que significa 'Enviado'. Fue, pues, y se lavó: y cuando volvió, ya podía ver.


Hoy mismo han visto tus ojos que Yahveh te entregaba en mis manos en la cueva. Se me incitaba a matarte; pero sentí piedad de ti y me dije: 'No extenderé yo mi mano contra mi señor, pues es el ungido de Yahveh'.


Pero él rehusó diciendo: 'No quiero comer'. Sin embargo, sus servidores, y aun la misma mujer le insistieron, de suerte que accedió a sus ruegos. Se levantó del suelo y se sentó en el diván.


Dijo entonces Saúl a su criado: 'Me parece bien; vamos allá'. Y se fueron a la ciudad donde estaba el hombre de Dios.


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