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2 Reyes 4:40 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Sirvieron la comida a los hombres y, al probarla, éstos, gritaron: '¡La muerte en la olla, varón de Dios!'. Y no pudieron comer.

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Biblia Reina Valera 1960

40 Después sirvió para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado, gritaron diciendo: ¡Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no lo pudieron comer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

40 Sirvieron un poco del guisado a los hombres, quienes después de comer uno o dos bocados, gritaron: «¡Hombre de Dios, este guisado está envenenado!». Así que no quisieron comerlo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

40 Sirviéronles sopa a todos esos hombres, pero en cuanto la probaron exclamaron: '¡Hombre de Dios, la olla está envenenada!' Y no pudieron comer.

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La Biblia Textual 3a Edicion

40 Y sirvió a los hombres para que comieran; pero sucedió que cuando comían del potaje, gritaron diciendo: ¡Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no pudieron comer.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

40 Y lo sirvieron para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado, dieron voces, diciendo: ¡Varón de Dios, hay muerte en la olla! Y no lo pudieron comer.

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2 Reyes 4:40
11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

tomarán en sus manos serpientes y, aunque beban veneno, no les hará daño, impondrán las manos a los enfermos y éstos recobrarán la salud'.


Llegaron a Mará; pero no pudieron beber el agua de Mará, por ser amarga. Por eso aquel lugar se llama Mará.


Ahora, pues, perdonad mi pecado siquiera una vez más, y pedid a Yahveh, vuestro Dios, que, al menos, aleje de mí esta muerte'.


Ella dijo a su marido: 'Mira, yo sé que es un santo varón de Dios ése que pasa siempre por nuestra casa.


Volvió a enviar el rey un tercer jefe de cincuenta con sus cincuenta hombres. Este tercer jefe subió y, apenas llegado, se puso de rodillas ante Elías y le suplicó: 'Hombre de Dios, que mi vida y la de tus siervos, estos cincuenta, tenga algún valor a tus ojos.


Volvió a enviarle el rey otro jefe de cincuenta con sus cincuenta hombres, que subió y le dijo: 'Hombre de Dios, esto ordena el rey: '¡Baja en seguida!''.


Ella dijo entonces a Elías: '¿Qué tengo yo que ver contigo, hombre de Dios? ¿Has venido a mi para recordar mis culpas y hacer morir a mi hijo?'.


Ésta es la bendición con que Moisés, hombre de Dios, bendijo, antes de su muerte, a los israelitas.


Y mandó un jefe de cincuenta con sus cincuenta hombres, que salió en busca de él. Lo hallaron sentado en la cima del monte. El jefe le dijo: 'Hombre de Dios, el rey ordena que bajes'.


Cierta vez, mientras Jacob preparaba un guiso, llegó Esaú del campo exhausto.


Uno de ellos salió al campo a recoger hierbas y encontró una especie de cepa silvestre; tomó unas calabazas silvestres hasta llenar su manto. Luego volvió, las cortó en trozos y las echó en la olla del potaje, sin saber lo que era.


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