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2 Pedro 2:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 sobre todo a los que caminan tras la carne en deseos de impureza y desprecian el señorío divino. Osados, arrogantes, no temen insultar a los seres gloriosos,

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Biblia Reina Valera 1960

10 y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Él trata con particular severidad a los que se entregan a sus propios deseos sexuales pervertidos y desprecian la autoridad. Estas personas son orgullosas y arrogantes, y hasta se atreven a insultar a los seres sobrenaturales sin ni siquiera temblar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 En especial esto vale para esa gente que corre tras los peores deseos de su naturaleza y desprecia la majestad del Señor. Son orgullosos y atrevidos, y no tienen miedo de insultar a los espíritus caídos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 y mayormente a los que van detrás de la carne en concupiscencia de contaminación, y desprecian la autoridad. Atrevidos, arrogantes, que no tiemblan al hablar mal de° las potestades superiores;°

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 y principalmente a aquellos que siguen la carne en la concupiscencia de inmundicia, y menosprecian todo gobierno. Atrevidos, contumaces, que no temen decir mal de las potestades superiores.

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2 Pedro 2:10
38 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Éstos son murmuradores; se quejan y caminan según sus deseos; su boca formula insolencias y adulan por interés.


Éstos, en cambio, insultan todo lo que ignoran. Y, como animales irracionales, se corrompen en todas las cosas que conocen por instinto.


Os decían: 'En los últimos tiempos habrá escarnecedores que caminarán según sus impíos deseos'.


No retrasás la ofrenda de la abundancia de tu era y de tu lagar. Me entregarás el primogénito de tus hijos.


Ante todo, sabed que en los últimos días vendrán hombres sarcásticos, que caminarán según sus propios deseos


Se han infiltrado, en efecto, algunos hombres impíos, inscritos ya desde antiguo para este juicio, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios y que niegan al único Soberano y Señor nuestro, Jesucristo.


Pues tened esto bien entendido: ningún lujurioso, ni impúdico, ni codicioso -lo que equivale a ser idólatra- tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.


Pero sus compatriotas lo aborrecían; y enviaron tras él una embajada que dijera: 'No queremos que éste sea nuestro rey'.


Tengan todos en alta estima el matrimonio y sea sin mancha el lecho conyugal. Pues Dios condenará a libertinos y adúlteros.


Porque, como administrador de Dios que es, el obispo tiene que ser irreprochable, no arrogante, ni iracundo, ni bebedor, ni pendenciero, ni codicioso;


Haced morir, pues, cuanto hay de terreno en vosotros: lujuria, impureza, pasión, deseo malo, y la sed de lucro, que es una idolatría.


¿O es que no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni lujuriosos, ni idólatras, ni adúlteros, ni pervertidos, ni sodomitas,


Dijo Pablo: 'No sabía, hermanos, que fuera el sumo sacerdote; porque escrito está: No maldecirás al jefe de tu pueblos '.


No maldigas del rey ni siquiera en tu lecho, ni maldigas del rico ni siquiera en tu alcoba, porque las aves del cielo llevarán tus palabras y los pájaros repetirán lo que hayas dicho.


Dios no nos llamó a una vida impura, sino santa.


Porque, aunque vivimos en carne, no según la carne combatimos.


Así pues, ahora ya no pesa ninguna condena sobre quienes están en Cristo Jesús.


¡Oh generación! Atiende a la palabra de Yahveh: ¿He sido para Israel un desierto o una tierra tenebrosa? ¿Por qué mi pueblo dice: 'Somos libres, no vendremos más a ti?'.


Cercene el Señor todos los labios lisonjeros las lenguas contadoras de grandezas,


Todos los de Israel, viendo que el rey no los escuchaba, respondieron al rey con estas palabras: '¿Qué parte tenemos nosotros con David? ¡No tenemos heredad con el hijo de Jesé! ¡A tus tiendas, Israel! ¡Mira ahora por tu casa, David!'. Y los de Israel se fueron a sus tiendas.


Hallábase allí un hombre perverso, llamado Seba, hijo de Bicrí, benjaminita, que mandó tocar la trompeta y dijo: 'No tenemos parte con David, ni herencia con el hijo de Jesé. ¡Cada uno a su tienda, Israel!'.


Algunos hombres perversos dijeron: '¿Cómo nos va a salvar éste?'. Lo despreciaron y no le ofrecieron ningún presente. Pero él no se dio por enterado.


Mas cualquier individuo, sea nativo o extranjero, que lo hace a ciencia y conciencia, ultraja a Yahveh y será extirpado de en medio de su pueblo.


Que no participe mi alma en sus consejos, ni mi corazón se asocie a su asamblea. Porque en su furor mataron hombres y en su desenfreno desjarretaron toros.


los cuales, perdido ya todo sentido de la moralidad, se entregaron a la disolución hasta realizar con frenesí toda clase de impureza.


Los hombres serán egoístas, avaros, fanfarrones, orgullosos, difamadores, rebeldes a los padres, desagradecidos, impíos,


Y, al llegar a ella, la encuentra barrida y arreglada.


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