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2 Crónicas 6:27 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 escúchalos desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, muéstrales el camino recto por donde deben ir, y envía la lluvia sobre esta tierra tuya, la que diste a tu pueblo por heredad.

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Biblia Reina Valera 1960

27 tú los oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, y les enseñarás el buen camino para que anden en él, y darás lluvia sobre tu tierra, que diste por heredad a tu pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 oye entonces desde el cielo y perdona los pecados de tus siervos, de tu pueblo Israel. Enséñales a seguir el camino correcto y envía lluvia sobre tu tierra, la tierra que diste a tu pueblo como su preciada posesión.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 escucha tú desde los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel (pues les enseñarás el camino bueno por el que deben andar) y manda lluvia sobre tu tierra, la que diste a tu pueblo por herencia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 entonces escucha Tú desde los cielos, y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel. Sí, enséñales el buen camino por el que deben andar y dales lluvia sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

27 Entonces escucha tú desde el cielo, y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, y enséñales el buen camino para que anden en él, y darás lluvia sobre tu tierra, la cual diste por heredad a tu pueblo.

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2 Crónicas 6:27
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pedid a Yahveh la lluvia en el tiempo de la lluvia tardía. Es Yahveh quien forma las nubes y derrama la lluvia, quien da el pan al hombre y la hierba al campo.


y en su corazón no dijeron: 'Temamos a Yahveh, nuestro Dios, que da la lluvia, la lluvia temprana y la lluvia tardía, a su tiempo; las semanas fijadas para la siega él nos las asegura'.


Dichoso aquel, Señor, que tú corriges e instruyes con tu ley.


Escrito está en los profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oye y aprende la enseñanza del Padre viene a mí.


naciones numerosas llegarán y dirán: 'Venid, subamos al monte de Yahveh, al templo del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y sigamos sus senderos'. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh.


Hijos de Sión, alegraos, gozaos en Yahveh, vuestro Dios, porque él os concede la lluvia de otoño en justicia, hace caer sobre vosotros lluvia abundante: lluvia de otoño y de primavera, como antaño.


Haré de ellas y de los alrededores de mi colina una bendición; haré que llueva a su tiempo: serán lluvias de bendición.


para que Yahveh, tu Dios, nos indique el camino por donde hemos de ir y lo que debemos hacer'.


¿Hay entre los ídolos de las naciones quien haga llover, o pueden los cielos dar lluvias? ¿Acaso no eres tú, Yahveh? ¡Dios nuestro, en ti esperamos, pues eres tú quien hace todas estas cosas!


Así dice Yahveh: Paraos en los caminos y mirad, preguntad por los senderos antiguos, cuál es el buen camino y seguidlo, así hallaréis reposo para vuestras almas. Pero ellos respondieron: 'No queremos seguirlo'.


y tus oídos oirán una palabra detrás de ti que dice: 'Éste es el camino, seguidle tanto si vais a la derecha como si vais a la izquierda'.


He. Instrúyeme, Señor, en tus mandatos, y yo los guardaré hasta el final.


la tierra retumbó y los cielos gotearon, a la presencia del Dios del Sinaí, ante Yahveh, Dios de Israel.


¿Quién es el temeroso del Señor? Él le enseña el camino que tiene que elegir.


Bueno y recto es el Señor: por eso enseña al descarriado sus caminos,


como yo vea que mi pueblo, sobre el que es invocado mi nombre, se humilla y ora, busca mi faz y se aparta de sus malos caminos, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y traeré la salud a su tierra.


Por eso, ahora mismo -oráculo de Yahveh- convertíos a mí de todo corazón con ayunos, llantos y lamentos;


rasgad vuestros corazones y no vuestros vestidos, y convertíos a Yahveh, vuestro Dios, porque él es clemente y misericordioso, tardo a la cólera, rico en piedad, y se arrepiente del daño que causa.


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