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2 Crónicas 36:13 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Se rebeló también contra el rey Nabucodonosor, que le había exigido juramento de fidelidad por Dios. Endureció su cerviz y se obstinó en su corazón para no convertirse a Yahveh, Dios de Israel.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Se rebeló asimismo contra Nabucodonosor, al cual había jurado por Dios; y endureció su cerviz, y obstinó su corazón para no volverse a Jehová el Dios de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 También se rebeló contra el rey Nabucodonosor, a pesar de que había hecho un juramento de lealtad en nombre de Dios. Sedequías era un hombre duro y terco, y rehusó volverse al Señor, Dios de Israel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 También él se rebeló contra el rey Nabucodonosor, que le había hecho jurar por Dios; se porfió y se obstinó en su corazón, en vez de volverse a Yavé, su Dios de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 También se rebeló contra el rey Nabucodonosor, que le había hecho jurar por ’Elohim;° y endureció su cerviz y obstinó su corazón, para no volverse a YHVH, el Dios de Israel.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 También se rebeló contra Nabucodonosor, el cual le había hecho jurar por Dios; y endureció su cerviz, y obstinó su corazón para no volverse a Jehová, el Dios de Israel.

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2 Crónicas 36:13
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Ahora, pues, no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres. Tended la mano a Yahveh y venid a su santuario, que él ha santificado para siempre. Servid a Yahveh, vuestro Dios, para que él aparte de vosotros el ardor de su cólera.


por el contrario, animaos mutuamente cada día, mientras aquel hoy perdura, sin que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.


no endurezcáis vuestros corazones como en la rebelión, el día de la tentación en el desierto,


Porque sabía que eres obstinado, que un tendón de hierro es tu cuello, y tu frente de bronce,


Tú los exhortabas a volverse a tu ley; pero ellos se mostraron insolentes, no obedecieron tus mandatos, pecaron contra tus leyes, en cuya observancia se encuentra la vida. Se alzaron de hombros en plan de rebeldía, endurecieron su cerviz, no quisieron oír.


Y las cosas llegaron a tal punto en Jerusalén y en Judá que la ira de Yahveh los arrojó de su presencia. Luego Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia.


Pero el rey de Asiria descubrió que Oseas conspiraba, puesto que había enviado mensajeros a So, rey de Egipto, y no había pagado el tributo anual al rey de Asiria. Por ello el rey de Asiria lo prendió y lo encerró en una cárcel.


Convocó entonces el rey a los gabaonitas y les habló. Los gabaonitas no pertenecían a los israelitas, sino que eran restos de los amorreos. Los israelitas habían jurado alianza con ellos. Pero Saúl había intentado destruirlos, llevado de su celo por los israelitas y por Judá.


Josué firmó la paz y pactó con ellos una alianza que les garantizaba la vida. Y lo mismo pactaron bajo juramento los jefes de la comunidad.


Tú te opones todavía a mi pueblo y no lo dejas partir.


Dijeron los magos al Faraón: 'El dedo de Dios está aquí'. Pero el corazón del Faraón se endureció y, como lo había predicho Yahveh, no los escuchó.


porque se fueron a servir a otros dioses y se postraron ante ellos, dioses que no conocían ni él les había dado en suerte.


Igualmente todos los jefes, los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus prevaricaciones, siguiendo todas las abominaciones de los pueblos, y contaminaron el templo de Yahveh, que él se había consagrado en Jerusalén.


Llegue a conocimiento del rey que los judíos que partieron de tu lado hacia nosotros vinieron a Jerusalén y están reedificando esa rebelde y malvada ciudad; quieren levantar sus murallas y ya han echado los cimientos.


Azarías, hijo de Hosaías, Juan, hijo de Caréaj, y todos los hombres insolentes y rebeldes dijeron a Jeremías: 'Estás diciendo una mentira. Yahveh, nuestro Dios, no te ha enviado a decir: 'No vayáis a Egipto para residir allí',


Pero cuando su corazón se ensoberbeció y su espíritu se obstinó en el orgullo, fue derribado de su trono real y despojado de su gloria.


Endurecieron su corazón como el diamante, para no oír la ley y las palabras que Yahveh Sebaot había inspirado a los antiguos profetas. Entonces estalló la indignación de Yahveh Sebaot y dijo:


Se endureció el corazón del Faraón y no los escuchó, tal y como lo había predicho Yahveh.


si un hombre hace voto a Yahveh, o mediante juramento se impone a sí mismo una obligación, no violará su palabra; deberá cumplir todo lo que haya prometido.


Les envió profetas para convertirlos a Yahveh, que dieron testimonio contra ellos, pero no les prestaron oídos.


que en sus ojos desprecia al reprobado y estima a los que temen al Señor; que, si jura, ni aun en su daño se retracta;


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