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2 Crónicas 35:8 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 También los jefes presentaron ofrendas voluntarias para el pueblo y para los sacerdotes y levitas. Jilquías, Zacarías y Yejiel, intendentes del templo de Dios, entregaron a los sacerdotes, para víctimas pascuales, dos mil seiscientas cabezas de ganado menor y trescientas de ganado mayor.

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Biblia Reina Valera 1960

8 También sus príncipes dieron con liberalidad al pueblo y a los sacerdotes y levitas. Hilcías, Zacarías y Jehiel, oficiales de la casa de Dios, dieron a los sacerdotes, para celebrar la pascua, dos mil seiscientas ovejas y trescientos bueyes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Los funcionarios del rey también hicieron contribuciones voluntarias al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas. Hilcías, Zacarías y Jehiel, administradores del templo de Dios, dieron a los sacerdotes dos mil seiscientos corderos y cabritos y trescientas cabezas de ganado como ofrendas de la Pascua.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 También sus jefes reservaron ofrendas voluntarias para el pueblo, los sacerdotes y los levitas. Los intendentes de la Casa de Dios, Helquías, Zacarías y Jejiel, dieron a los sacerdotes dos mil seiscientas ovejas y trescientos bueyes;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 También sus príncipes ofrendaron al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas. Hilcías, Zacarías y Jehiel, príncipes de la Casa de Dios, dieron a los sacerdotes para las ofrendas pascuales dos mil seiscientos,° y trescientos bueyes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Y sus príncipes dieron voluntariamente al pueblo, a los sacerdotes y a los levitas. Hilcías, Zacarías y Jehiel, príncipes de la casa de Dios, dieron a los sacerdotes ofrendas para la pascua, dos mil seiscientas ovejas, y trescientos bueyes.

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2 Crónicas 35:8
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Cada uno dé lo que su corazón le dicte, no a disgusto ni a la fuerza, pues Dios ama al que da con alegría.


Porque cuando hay buena voluntad, se acepta con gusto lo que uno tiene y no se le pide lo que no tiene.


Fue entonces el jefe de la guardia con sus hombres y los condujeron, sin violencia, porque temían al pueblo, no fueran a apedrearles.


Estaban todavía hablando al pueblo cuando se les presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos,


Si se prendare el rey de tu hermosura, ya que él es tu señor, póstrate ante él.


así como toda la plata y el oro que reúnas en toda la provincia de Babilonia, junto con los donativos que el pueblo y los sacerdotes ofrezcan espontáneamente al templo de Dios que está en Jerusalén.


Y todos sus vecinos les prestaron toda clase de ayuda: objetos de plata y de oro, bienes y ganados y cosas preciosas, aparte de todos los donativos voluntarios.


Yo sé, oh Dios mío, que tú sondeas los corazones y amas la rectitud; por eso con rectitud de corazón te he ofrecido espontáneamente todo esto, y ahora veo con alegría que tu pueblo, aquí presente, te ofrece por su propia voluntad sus dones.


Pinjás, hijo de Eleazar, había sido antiguamente su jefe. Yahveh estaba con él.


los príncipes de Israel, cabezas de sus familias, los jefes de tribu que habían presidido el censo,


porque Ezequías, rey de Judá, había reservado para la asamblea mil novillos y siete mil ovejas; y los jefes, por su parte, habían dado a la asamblea mil novillos y siete mil ovejas; y, además, muchos sacerdotes estaban ya purificados.


Yejiel, Azazías, Nájat, Asael, Yerimot, Jozabad, Eliel, Yismaquías, Májat y Benaías eran los empleados, bajo las órdenes de Quenanías y de su hermano Semeí, por encargo del rey Ezequías y de Azarías, intendente del templo de Dios.


Se presentaron, pues, al sumo sacerdote Jilquías y le entregaron el dinero aportado al templo de Dios, que los levitas y porteros habían recogido de manos de Manasés, de Efraín, y de todo el resto de Israel, de todo Judá y Benjamín, y de los habitantes de Jerusalén.


Josías reservó para la gente del pueblo treinta mil cabezas de ganado menor -corderos y cabritos-, como víctimas pascuales de todos los que allí se hallaban, y tres mil cabezas de ganado mayor. Todo esto procedía de la hacienda real.


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