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2 Crónicas 34:27 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 'Por haberse conmovido tu corazón, y por haberte humillado tú ante la presencia de Dios al oír sus palabras contra este lugar y sus habitantes; por haberte humillado delante de mí y haber rasgado tus vestiduras y haber llorado en mi presencia, yo también te he escuchado. ¡Oráculo de Yahveh!

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Biblia Reina Valera 1960

27 y tu corazón se conmovió, y te humillaste delante de Dios al oír sus palabras sobre este lugar y sobre sus moradores, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos y lloraste en mi presencia, yo también te he oído, dice Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 ‘Estabas apenado y te humillaste ante Dios al oír las palabras que él pronunció contra la ciudad y sus habitantes. Te humillaste, rasgaste tu ropa en señal de desesperación y lloraste delante de mí, arrepentido. Ciertamente te escuché, dice el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Tu corazón se ha conmovido y te has humillado delante de Dios al oír mis palabras contra este lugar y sus habitantes; te has humillado ante mí, has rasgado tus vestidos y has llorado ante mí; por eso yo, a mi vez, he oído, palabra de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Por cuanto tu corazón se enterneció, y te has humillado ante ’Elohim al escuchar sus palabras contra este lugar y contra sus habitantes, y te humillaste ante mí rasgando tus vestiduras, y lloraste ante mí, Yo te he escuchado, dice YHVH.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

27 y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Dios al oír sus palabras sobre este lugar, y sobre sus moradores, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestiduras, y lloraste en mi presencia, yo también te he oído, dice Jehová.

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2 Crónicas 34:27
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero Ezequías se humilló por haberse dejado dominar por la soberbia, y con él los habitantes de Jerusalén. Por eso no vino sobre ellos la cólera de Yahveh en los días de Ezequías.


Y Yahveh le dijo: 'Pasa por la ciudad, recorre Jerusalén y traza una cruz en las frentes de los hombres que gimen y lloran por todas las abominaciones que en ella se cometen'.


Sade. Claman aquéllos y él escucha y los libra de todos sus pesares.


Antes que me llamen, yo responderé; estarán aún hablando y yo escucharé.


Pues todas estas cosas las hizo mi mano, todas ellas son mías -dice Yahveh-. Pero en éste me fijo: en el humilde y contrito, el que tiembla a mi palabra.


Que así dice el Excelso, el Sublime, que reside en la eternidad y cuyo nombre es santo: 'En lo alto y en lo santo resido, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes, para vivificar el corazón de los quebrantados.


Abre, Señor, mis labios, y anunciará mi boca tus grandezas.


Tau. El anhelo de los pobres tú lo sientes, Señor; confórtalos y atiéndelos, vengando los derechos del huérfano y del débil, y no siembre más terror el hombre de la tierra.


Cuando el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestiduras


Al verse en tales angustias, trató de aplacar a Yahveh, su Dios, y se humilló profundamente en presencia del Dios de sus padres.


Al ver Yahveh que se habían humillado, le fue dirigida la palabra de Yahveh a Semaías y le dijo: 'Puesto que se han humillado, no los exterminaré, sino que dentro de poco los salvaré, y mi cólera no se derramará sobre Jerusalén por medio de Sosac.


Su oración, y cómo fue atendido, todos sus pecados y prevaricaciones, los sitios en que construyó los lugares altos y colocó las aserás y los ídolos, antes de haberse humillado, están consignados en los relatos de los videntes.


Os daré un corazón nuevo y pondré en vuestro interior un espíritu nuevo; quitaré de vuestro cuerpo el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.


Moisés y Aarón fueron al Faraón y le dijeron: 'Así habla Yahveh, Dios de los hebreos: '¿Hasta cuándo te negarás a humillarte ante mí? Deja ir a mi pueblo para que me rinda culto.'


David echó mano a sus vestidos y los rasgó; y lo mismo hicieron todos los que estaban con él.


Y al rey de Judá que os ha enviado a consultar a Yahveh, le diréis: así habla Yahveh, Dios de Israel, acerca de las palabras que has oído:


Por eso voy a reunirte con tus padres, y serás recogido en paz en tu sepulcro. No verán tus ojos toda esa desventura que voy a traer sobre este lugar y sobre sus habitantes''. Y ellos llevaron la respuesta al rey.


Le suplicó, y Dios accedió, oyó su oración y le hizo volver a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Yahveh es Dios.


Apartaos de mí, fautores de maldad, pues escucha el Señor las voces de mi llanto:


Escuchad la palabra de Yahveh, los que tembláis a su palabra: dicen vuestros hermanos que os odian, que os rechazan por causa de mi nombre: ¡Muestre su gloria Yahveh y veamos vuestra alegría! Pero ellos quedarán avergonzados.


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