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2 Crónicas 34:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Y lo entregaron en manos de los capataces de las obras, o sea, de los que estaban encargados del templo de Yahveh, los cuales, a su vez, lo entregaron a los obreros que trabajaban en el templo de Yahveh para reparar y consolidar el edificio.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y lo entregaron en mano de los que hacían la obra, que eran mayordomos en la casa de Jehová, los cuales lo daban a los que hacían la obra y trabajaban en la casa de Jehová, para reparar y restaurar el templo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 El sumo sacerdote les confió el dinero a los hombres designados para supervisar la restauración del templo del Señor. A su vez ellos pagaban a los trabajadores que hacían las reparaciones y la renovación del templo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Lo pusieron en manos de los que hacían el trabajo, los encargados de la Casa de Yavé, y éstos se lo dieron a los obreros para restaurar y reparar la Casa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y lo entregaron en mano de los que hacían la obra, los encargados de la Casa de YHVH, los cuales lo daban a los obreros que trabajaban en la Casa de YHVH para reparar y restaurar la Casa.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Y lo entregaron en mano de los que hacían la obra, que eran mayordomos en la casa de Jehová; los cuales lo daban a los que hacían la obra y trabajaban en la casa de Jehová, para reparar y restaurar el templo.

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2 Crónicas 34:10
6 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pagaron con dinero a los canteros y a los carpinteros, y con alimentos, bebidas y aceite a los sidonios y a los tirios, para que trajesen por mar, desde el Líbano a Yafa, maderas de cedro, de acuerdo con el permiso que les había dado Ciro, rey de Persia.


Pero con el dinero que entraba en el templo de Yahveh no se hacían para el templo de Yahveh vasijas de plata, ni cuchillos, ni aspersorios, ni trompetas, ni utensilios de oro ni de plata,


Se presentaron, pues, al sumo sacerdote Jilquías y le entregaron el dinero aportado al templo de Dios, que los levitas y porteros habían recogido de manos de Manasés, de Efraín, y de todo el resto de Israel, de todo Judá y Benjamín, y de los habitantes de Jerusalén.


Lo entregaron también a los carpinteros y canteros, para comprar piedras talladas y maderas para los entarimados y para las vigas de los edificios destruidos por los reyes de Judá.


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