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2 Crónicas 31:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 y el sumo sacerdote Azarías, de la casa de Sadoc, le respondió así: 'Desde que han comenzado a llegar las ofrendas al templo de Yahveh, hemos comido hasta saciarnos y aún queda mucho, pues Yahveh ha bendecido a su pueblo; y esta gran cantidad es lo que sobra'.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y el sumo sacerdote Azarías, de la casa de Sadoc, le contestó: Desde que comenzaron a traer las ofrendas a la casa de Jehová, hemos comido y nos hemos saciado, y nos ha sobrado mucho, porque Jehová ha bendecido a su pueblo; y ha quedado esta abundancia de provisiones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Y el sumo sacerdote Azarías, de la familia de Sadoc, le contestó: —Desde que la gente empezó a llevar sus ofrendas al templo del Señor, hemos tenido suficiente para comer y mucho de sobra. El Señor ha bendecido a su pueblo, y sobró todo esto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 respondió el sumo sacerdote Azarías, de la familia de Sadoq, y dijo: 'Desde que comenzaron a traer las ofrendas reservadas a la Casa de Yavé, hemos comido y nos hemos saciado, y aún sobra muchísimo, porque Yavé ha bendecido a su pueblo; y esta gran cantidad es la que sobra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 y el sumo sacerdote Azarías, de la casa de Sadoc, le respondió diciendo: Desde que comenzaron a traer las ofrendas a la Casa de YHVH, hemos comido y nos hemos saciado, y ha sobrado mucho, porque YHVH ha bendecido a su pueblo, y ha sobrado esta gran cantidad.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Y Azarías, sumo sacerdote de la casa de Sadoc, le respondió: Desde que comenzaron a traer la ofrenda a la casa de Jehová, hemos comido y nos hemos saciado, y nos ha sobrado mucho: porque Jehová ha bendecido a su pueblo, y ha quedado esta gran provisión.

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2 Crónicas 31:10
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Llevad todos los diezmos a la casa del tesoro, para que haya alimentos en mi casa. Haced la prueba -dice Yahveh Sebaot-, y veréis si no os abro las compuertas del cielo y no derramo sobre vosotros bendición sin medida.


Elcaná, hijo suyo; Abiasaf, hijo suyo; Asir, hijo suyo,


De todo acuso recibo y estoy en la abundancia; lleno estoy, después de haber recibido de manos de Epafrodito lo que me habéis mandado: calmante aroma, sacrificio aceptable que agrada a Dios.


Comieron todos hasta quedar saciados; y de los trozos sobrantes recogieron siete cestos llenos.


Analizad, pues, vuestra situación a partir de ahora -desde el día veinticuatro del noveno mes-, desde el día en que se pusieron los cimientos del templo de Yahveh. ¡Analizadla atentamente!


'En cambio, los sacerdotes levitas hijos de Sadoc, que tuvieron a su cargo el servicio de mi santuario cuando los israelitas se apartaron de mí, podrán acercarse a mí para servirme y estar en mi presencia, para presentarme la grasa y la sangre -oráculo del Señor Yahveh.


La bendición de Yahveh es la que enriquece; junto a ella el esfuerzo nada significa.


Honra a Yahveh con tus bienes y con las primicias de tus ganancias:


Tras él entró el sacerdote Azarías, acompañado de ochenta valerosos sacerdotes de Yahveh,


Luego el rey puso en su lugar al frente del ejército a Benaías, hijo de Joadá; y al sacerdote Sadoc en sustitución de Abiatar.


Yo os mandaré mi bendición el año sexto, de modo que os produzca frutos para tres años.


De nada se cuidaba por sí mismo el jefe de la cárcel, porque Yahveh estaba con José y le hacía prosperar en todo lo que emprendía.


Desde que Putifar lo nombró mayordomo de su casa y de cuanto poseía, Yahveh bendijo, por consideración a José, la casa del egipcio. La bendición de Yahveh se extendía a todas sus posesiones, tanto en la casa como en el campo.


Sembró Isaac en aquel país y cosechó aquel año ciento por uno. Yahveh lo bendijo


Porque el entrenamiento corporal para poco sirve; en cambio, la religión para todo sirve, ya que trae consigo promesa de vida: de la presente y de la futura.


Hijos de Merarí: Majlí, hijo suyo; Libní, hijo suyo; Semeí, hijo suyo; Uzá, hijo suyo;


Yahveh mandará a la bendición que esté contigo, en tus graneros y en todas tus empresas, y te bendecirá en el país que Yahveh, tu Dios, te va a dar.


Tájat, hijo suyo, Uriel, hijo suyo, Uzías, hijo suyo; y Saúl, hijo suyo.


Ezequías preguntó a los sacerdotes y a los levitas acerca de aquellos montones


Yejiel, Azazías, Nájat, Asael, Yerimot, Jozabad, Eliel, Yismaquías, Májat y Benaías eran los empleados, bajo las órdenes de Quenanías y de su hermano Semeí, por encargo del rey Ezequías y de Azarías, intendente del templo de Dios.


Lo mejor de toda clase de primicias de frutos y de toda clase de vuestras ofrendas serán para los sacerdotes. También daréis a los sacerdotes las primicias de vuestras moliendas, para que la bendición descienda sobre vuestras casas.


pues el material recogido bastaba y sobraba para la realización de todos los trabajos.


Pero Dios dijo a Balaán: 'No vayas con ellos ni maldigas a ese pueblo, porque está bendecido'.


Yahveh, Dios nuestro, todo este cúmulo de cosas que hemos preparado para edificar una casa a tu santo nombre, de tu mano procede y a ti te pertenece.


así rebosarán de trigo tus graneros y se desbordarán de mosto tus lagares.


Uno es pródigo y aumenta su caudal; otro ahorra sin medida y se empobrece.


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