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2 Crónicas 19:2 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Le salió al encuentro Jehú, hijo de Jananí, el vidente, y dijo al rey Josafat: '¿Por qué tienes tú que prestar ayuda al impío y amar a los que odian a Yahveh? Por eso viene sobre ti la cólera de Yahveh.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y le salió al encuentro el vidente Jehú hijo de Hanani, y dijo al rey Josafat: ¿Al impío das ayuda, y amas a los que aborrecen a Jehová? Pues ha salido de la presencia de Jehová ira contra ti por esto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Jehú, hijo de Hananí el vidente, salió a recibirlo. «¿Por qué habrías de ayudar a los perversos y amar a los que odian al Señor? —le preguntó al rey—. Debido a lo que has hecho, el Señor está muy enojado contigo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 le salió al encuentro Jehú, hijo de Jananí, el vidente, y le dijo al rey: '¿Debías tú ayudar al malo y favorecer a los que aborrecen a Yavé? Por esto ha caído sobre ti la cólera de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Pero el vidente Jehú ben Hanani salió a su encuentro,° y dijo al rey Josafat: ¿Conque ayudas al perverso y amas a los que aborrecen a YHVH? Por esto la ira de YHVH está sobre ti.°

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Y le salió al encuentro Jehú el vidente, hijo de Hanani, y dijo al rey Josafat: ¿Al impío das ayuda, y amas a los que aborrecen a Jehová? Pues la ira de la presencia de Jehová será sobre ti por ello.

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2 Crónicas 19:2
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Almas adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemiga de Dios? El que quiera ser amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios.


Y no tengáis parte en las obras infructuosas de las tinieblas, sino todo lo contrario, denunciadlas.


Ajab, rey de Israel, preguntó a Josafat, rey de Judá: '¿Quieres venir conmigo a la guerra contra Ramot de Galaad?'. A lo que él respondió: 'Una misma cosa somos tú y yo, mi pueblo y tu pueblo. Contigo estaremos en el combate'.


Pero no correspondió Ezequías al beneficio recibido, sino que le dominó la soberbia, por lo que la cólera divina se encendió contra él, así como contra Judá y Jerusalén.


Abandonando el templo de Yahveh, Dios de sus padres, sirvieron a las aserás y a los ídolos. La cólera de Dios se cernió sobre Judá y Jerusalén por culpa de ellos.


Los demás hechos de Josafat, desde los primeros a los últimos, están consignados en los relatos de Jehú, hijo de Jananí, que están insertos en el libro de los reyes de Israel.


En aquel tiempo, Jananí, el vidente se presentó a Asá, rey de Judá, y le dijo: 'Por haberte apoyado en el rey de Aram y no haberte apoyado en Yahveh, tu Dios, se ha escapado de tus manos el ejército del rey de Aram.


Le fue dirigida la palabra de Yahveh a Jehú, hijo de Jananí, contra Basá, diciéndole:


Pues el anhelo de la carne es enemistad para con Dios, ya que no se somete a la ley de Dios y ni tan siquiera tiene capacidad para ello;


Los cuales, aun conociendo bien el veredicto de Dios, a saber, que los que practican tales cosas son reos de muerte, no sólo las hacen ellos mismos, sino que hasta aplauden a quienes las practican.


Antiguamente, en Israel, cuando alguien iba a consultar a Dios, decía: 'Venid, vamos al vidente'. Porque al que hoy llamamos profeta, antes se le llamaba vidente.


calumniadores, opuestos a Dios, insolentes, soberbios, fanfarrones, maquinadores de maldades, rebeldes a sus padres,


La ira de Dios se revela, en efecto, desde el cielo contra toda impiedad y perversión de los hombres que perversamente retienen cautiva la verdad,


El que a mí me odia, también odia a mi Padre.


'Si el mundo os odia, sabed que antes que a vosotros me ha odiado a mí.


En el Señor confía el rey: al favor del Altísimo no puede perecer.


que en sus ojos desprecia al reprobado y estima a los que temen al Señor; que, si jura, ni aun en su daño se retracta;


Subió, pues, el rey de Israel, acompañado de Josafat, rey de Judá, contra Ramot de Galaad.


El rey de Israel respondió a Josafat: 'Queda todavía un hombre por medio del cual se puede consultar a Yahveh; pero yo siento aversión hacia él, porque nunca me profetiza bienes, sino solamente males. Es Miqueas, hijo de Yimlá'. Josafat le dijo: 'No hable el rey así'.


Realmente no hubo nadie que se vendiera como Ajab para hacer el mal a los ojos de Yahveh. Fue su esposa Jezabel la que lo incitó.


De este modo exterminó Zimrí a toda la casa de Basá, conforme al oráculo que Yahveh pronunció contra Basá por medio del profeta Jehú,


Yahveh había hablado, por medio de Jehú, hijo de Jananí, contra Basá y contra su casa no sólo por todo el mal que hizo ante los ojos de Yahveh y por haberle provocado la ira con su conducta, al igual que la casa de Jeroboán, sino también por haber exterminado la casa de Jeroboán.


Bendice, Yahveh, sus riquezas y acepta la obra de sus manos; hiere las espaldas de sus adversarios y de los que le odian. ¡Que jamás vuelvan a ponerse en pie!'.


cuando yo afile el rayo de mi espada, cuando mi mano empuñe la justicia, tomaré venganza de mis adversarios y daré su merecido a los que me odian.


pero que castiga a quien le odia destruyéndole personalmente y no tarda en dar su merecido, en su propia persona, a quien le odia.


No te postrarás ante ellas ni las servirás, porque yo, Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo en los hijos la falta de los padres hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me odian;


No te postrarás ante ellas, ni las servirás; porque yo, Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso que castigo en los hijos la falta de los padres hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me odian,


Mi boca anunciará tu justicia, todo el día tus auxilios, que son innumerables.


Tuvo Josafat muchas riquezas y gloria, y emparentó con Ajab.


No obstante, no desaparecieron los lugares altos, en los que el pueblo continuaba ofreciendo sacrificios y quemando incienso.


Josafat, rey de Judá, volvió sano y salvo a su casa, a Jerusalén.


Y en cualquier pleito que se os presente de parte de vuestros hermanos que residen en sus ciudades, ya se trate de una causa de sangre, ya de una ley, de un mandamiento, ya de preceptos o de decretos, vosotros los instruiréis, para que no se hagan culpables ante Yahveh y para que su ira no recaiga sobre vosotros y sobre vuestros hermanos. Actuando así, no os haréis culpables.


que se opusieron al rey Ozías y le dijeron: 'Ozías, no te toca a ti ofrecer incienso a Yahveh, sino a los sacerdotes descendientes de Aarón, que han sido consagrados para quemar el incienso. Sal, pues, del santuario, porque estás prevaricando, y eso no te dará gloria de parte de Yahveh Dios'.


Amós respondió así a Amasías: 'Yo no era profeta, ni hijo de profeta, sino ganadero y cultivador de sicómoros.


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