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1 Tesalonicenses 4:16 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Pues cuando se dé la orden, a la voz de un arcángel y al son de una trompeta de Dios, el mismo Señor descenderá del cielo y resucitarán en primer lugar los muertos en Cristo;

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Biblia Reina Valera 1960

16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Pues el Señor mismo descenderá del cielo con un grito de mando, con voz de arcángel y con el llamado de trompeta de Dios. Primero, los creyentes que hayan muerto se levantarán de sus tumbas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Cuando se dé la señal por la voz del arcángel y la trompeta divina, el mismo Señor bajará del cielo. Y primero resucitarán los que murieron en Cristo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en el Mesías resucitarán primero.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Porque el Señor mismo con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

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1 Tesalonicenses 4:16
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Ved que viene con las nubes. Y lo verán todos, incluso los que lo traspasaron. Y por él se lamentarán todas las tribus de la tierra. Sí. Amén.


Cada uno en el orden que le corresponde: las primicias, Cristo; después, los de Cristo en su parusía.


Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces dará a cada uno conforme a su conducta.


Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria.


mientras que vosotros, los atribulados, encontraréis, junto con nosotros, el debido reposo, cuando el Señor Jesús aparezca bajando del cielo con sus poderosos ángeles,


Sucederá aquel día: se tocará la trompeta gigante, y vendrán los perdidos en tierra de Asiria y los dispersos en tierra de Egipto, y adorarán a Yahveh en el monte santo, en Jerusalén.


Y ahora, hermanos, a propósito de la parusía de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, os hacemos un ruego:


que les dijeron: 'Hombres de Galilea, ¿qué hacéis ahí parados mirando al cielo? Este mismo Jesús que os ha sido arrebatado al cielo volverá de la misma manera que le habéis visto irse al cielo'.


Yahveh aparecerá sobre ellos, lanzará sus flechas como rayos. El Señor Yahveh tocará la trompeta y caminará entre las borrascas del sur.


Él nos elige nuestra herencia, el orgullo de Jacob a quien él ama.


Pero el día del Señor vendrá como un ladrón. En él desaparecerán los cielos con formidable estruendo, los elementos se disolverán abrasados por el fuego y quedará al descubierto la tierra con todas las obras que hay en ella.


Al tercer día, cuando llegó la mañana, hubo truenos y relámpagos y una espesa nube sobre el monte, y un sonido de cuerno muy fuerte. Se echó a temblar todo el pueblo que estaba en el campamento.


Miré y oí que un águila que volaba en lo más alto del cielo decía con gran voz: '¡Ay, ay, ay de los que habitan sobre la tierra, por causa de los demás toques de trompeta de los tres ángeles que están a punto de tocarla!'.


Jesús le responde: 'Tú lo has dicho. Y os lo aseguro: desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo sobre las nubes del cielo'.


Y oí una voz del cielo que decía: 'Escribe: 'Dichosos ya desde ahora los que mueren en el Señor'. Sí, dice el Espíritu, que descansen de sus fatigas, pues sus obras los acompañan'.


Cuando el arcángel Miguel, oponiéndose al diablo, discutía sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir un juicio injurioso, sino que dijo: 'Que el Señor te reprenda'.


Salta de gozo, hija de Sión, da gritos de júbilo, hija de Jerusalén. Mira a tu rey que viene a ti: es justo y victorioso, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de un asna.


¿Quién eres tú, gran montaña? ¡Seas llanura ante Zorobabel! Él sacará la piedra del remate entre las aclamaciones de: ¡muy bien, muy bien!'.


Fui arrebatado en espíritu, el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta,


No vio iniquidad en Jacob; ni adivinación en contra de Israel. Yahveh su Dios, está con él, y en él se oye aclamar a un rey.


Yahveh da voces delante de sus tropas, porque es inmenso el campamento, y es poderoso el ejecutor de sus planes. Grande es el día de Yahveh, terrible en exceso. ¿Quién podrá soportarlo?


Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido del cuerno y la montaña humeante; y viendo todo esto, el pueblo estaba atemorizado y se mantenía a distancia.


Del director. De los hijos de Coré. Salmo.


Os lo aseguro: hay algunos de los aquí presentes que no morirán sin haber visto al Hijo del hombre venir con su reino'.


En este caso, también los que durmieron en Cristo están perdidos.


Pero no. Cristo ha sido resucitado de entre los muertos, primicias de los que han muerto.


y para esperar la vuelta del cielo de su Hijo, a quien resucitó de entre los muertos, a Jesús, que nos libra de la ira venidera.


¡Que Dios mismo, nuestro Padre, y nuestro Señor Jesús nos pongan en buen camino hacia vosotros!


Vi a los siete ángeles que están de pie ante Dios. Les dieron siete trompetas.


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