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1 Reyes 21:20 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Ajab dijo a Elías: '¡Otra vez a mi encuentro mi enemigo!'. Él le respondió: 'Sí; otra vez a tu encuentro. Por haberte vendido para hacer el mal a los ojos de Yahveh,

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Biblia Reina Valera 1960

20 Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? Él respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 —Así que, enemigo mío, ¡me has encontrado! —le dijo Acab a Elías. —Sí —contestó Elías—, te encontré porque te has vendido para hacer lo malo a los ojos del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Ajab dijo a Elías: '¡Me pillaste, enemigo mío!' Elías le respondió: 'Sí, te pillé, porque te vendiste para hacer lo que es malo a los ojos de Yavé:'

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? Y él respondió: Te he hallado, porque te has vendido para hacer el mal ante los ojos de YHVH.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? Y él respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo ante los ojos de Jehová.

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1 Reyes 21:20
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sabemos, desde luego, que la ley es espiritual; pero yo soy de carne y hueso, vendido como esclavo al pecado.


Incluso hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por el fuego, practicaron la adivinación y la hechicería y se entregaron a hacer lo que es malo a los ojos de Yahveh, con lo que provocaron su cólera.


Realmente no hubo nadie que se vendiera como Ajab para hacer el mal a los ojos de Yahveh. Fue su esposa Jezabel la que lo incitó.


Al verlo Ajab, le dijo: '¿Eres tú, portador de calamidades en Israel?'.


Los moradores de la tierra se alegrarán y regocijarán a costa de ellos y se enviarán mutuos regalos, porque estos dos profetas atormentaron a los moradores de la tierra'.


que así dice Yahveh: 'Gratis fuisteis vendidos y sin dinero seréis redimidos'.


los cuales, perdido ya todo sentido de la moralidad, se entregaron a la disolución hasta realizar con frenesí toda clase de impureza.


Entonces, ¿es que me he convertido en enemigo vuestro por deciros la verdad?


Ellos intentaban apresarlo, pero tuvieron miedo al pueblo; pues se habían dado cuenta de que por ellos había dicho esa parábola. Lo dejaron, pues, y se fueron.


odian al testigo en el juicio y detestan al que habla rectamente!


Así dice Yahveh: '¿Dónde está el libelo de repudio de vuestra madre, por el cual yo la habría repudiado, o quién de mis acreedores es aquel a quien yo os habría vendido? Mirad: por vuestras culpas habéis sido vendidos y por vuestros pecados ha sido repudiada vuestra madre.


Incluso hizo pasar por el fuego a sus propios hijos en el valle de Ben Hinón, creyó en los presagios, los encantamientos y la magia y consultó a nigromantes y adivinos. Hizo, en fin, de muchas maneras todo lo que es malo a los ojos de Yahveh, provocando así su ira.


Dijo entonces el rey de Israel a Josafat: '¿No te decía yo que nunca me profetiza bienes, sino solamente males?'.


El rey de Israel respondió a Josafat: 'Queda todavía un hombre por medio del cual se puede consultar a Yahveh; pero yo siento aversión hacia él, porque nunca me profetiza bienes, sino solamente males. Es Miqueas, hijo de Yimlá'. Josafat le dijo: 'No hable el rey así'.


Hizo lo que es malo a los ojos de Yahveh, pues siguió las abominaciones de las naciones que Yahveh arrojó de delante de los israelitas.


El rey de Israel respondió a Josafat: 'Queda todavía un hombre por medio del cual se puede consultar a Yahveh; pero yo siento aversión hacia él, porque nunca me profetiza bienes, sino solamente males. Es Miqueas, hijo de Yimlá'. Josafat le dijo: 'No hable el rey así'.


Ajab, hijo de Omrí, hizo el mal ante los ojos de Yahveh y fue peor aún que todos los que le precedieron.


Los jefes dijeron al rey: 'Hay que matar a este hombre, porque de este modo debilita las manos de los combatientes que quedan en esta ciudad y las manos de toda la población, diciéndoles semejantes cosas. Es claro que este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal'.


Háblales, pues, y diles: 'Así dice el Señor Yahveh: a cualquier hombre de la casa de Israel que erija sus ídolos en su propio corazón y ponga la ocasión de su pecado delante de sí mismo, y luego venga al profeta, yo, Yahveh, le responderé por sí mismo a causa de la multitud de sus ídolos,


Pasado el luto, mandó David traerla a su casa y la tomó por esposa. Ella le dio a luz un hijo. Pero la acción de David resultó desagradable a los ojos de Yahveh.


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