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1 Reyes 20:1 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Ben Hadad, rey de Aram, reunió todo su ejército. Tenía consigo treinta y dos reyes, con caballos y carros. Subió, puso cerco a Samaría y la atacó.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Entonces Ben-adad rey de Siria juntó a todo su ejército, y con él a treinta y dos reyes, con caballos y carros; y subió y sitió a Samaria, y la combatió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Por ese tiempo, Ben-adad, rey de Aram, movilizó a su ejército con el apoyo de treinta y dos reyes aliados, sus carros de guerra y sus caballos. Sitiaron Samaria, la capital de Israel, y lanzaron ataques contra la ciudad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Ben-Hadad, rey de Aram, reunió a todo su ejército. Tenía a su lado a treinta y dos reyes, caballos y carros cuando salió para sitiar a Samaría con el fin de apoderarse de ella.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Ben-hadad, rey de Siria, concentró todo su ejército, y acompañado de treinta y dos reyes vasallos, con caballería y carros, marchó contra Samaria, y le puso sitio y la atacó.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Entonces Benadad, rey de Siria, reunió a todo su ejército, y con él a treinta y dos reyes, con caballos y carros; y subió y sitió a Samaria, y la combatió.

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1 Reyes 20:1
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Entonces Asá tomó cuanta plata y oro quedaba en el tesoro del templo de Yahveh y en el del palacio real y se los entregó a sus servidores, para que se los llevasen a Ben Hadad, hijo de Tabrimón, hijo de Jezión, rey de Aram, que residía en Damasco, con este propósito:


Por su parte, el rey de Aram había dado esta orden a los treinta y dos jefes de sus carros: 'No ataquéis a ninguno, ni chico ni grande, sino sólo al rey de Israel'.


Ben Hadad accedió a la petición de Asá y envió a los jefes de sus tropas contra las ciudades de Israel. Conquistó Iyón, Dan, Abel Bet Maacá y toda la región de Quinerot, además de todo el territorio de Neftalí.


Enviaré fuego a la casa de Jazael, que devorará los palacios de Ben Hadad.


Tú, ¡oh rey!, eres rey de los reyes, a quien el Dios del Cielo ha concedido el imperio, el poder, la fuerza y la gloria.


Porque así dice el Señor Yahveh: 'Yo traeré contra Tiro desde el norte a Nabucodonosor, rey de Babel, rey de reyes, con caballos, carros y jinetes y gran número de tropas.


Prenderé fuego a los muros de Damasco y devorará los palacios de Ben Hadad.


Por boca de tus mensajeros has escarnecido a mi Señor y has dicho: con la multitud de mis carros he subido a las cumbres de los montes, a las cimas del Líbano. He talado sus más altos cedros, sus más escogidos cipreses. Penetré en sus lugares más remotos, en sus más frondosos bosques.


Pues dice: '¿No son reyes todos mis jefes?


'Artajerjes, rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba de la ley del Dios del cielo, paz perfecta, etc.


Haz, pues, lo siguiente: quita de su puesto a cada uno de los reyes, y pon en su lugar gobernadores.


Hicieron una salida en torno al mediodía, mientras Ben Hadad estaba bebiendo en la tienda, ya borracho, junto con los treinta y dos reyes, sus auxiliares.


Compró el monte de Samaría a Sémer por dos talentos de plata y lo fortificó; y a la ciudad que había construido la llamó Samaría, del nombre de Sémer, propietario del monte.


Los filisteos, por su parte, se congregaron para hacer la guerra a Israel: tres mil carros, seis mil jinetes y tropa tan numerosa como la arena que hay a orillas del mar. Subieron y acamparon en Micmás, al este de Bet Avén.


Los israelitas clamaron a Yahveh, pues Yabín tenía novecientos carros de hierro y había ejercido una dura opresión sobre los israelitas durante veinte años.


Exclamó entonces Adoni Bézec: 'Setenta reyes, a quienes se les amputaron los pulgares de manos y pies, recogían migajas bajo mi mesa. Dios me paga mi merecido'. Le llevaron a Jerusalén y allí murió.


Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que, en todo tu país, se derrumben las murallas más altas y mejor fortificadas, en las que tú confiabas; que te asediará en todas tus ciudades, en toda la tierra que Yahveh, tu Dios, te ha dado.


Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos y veas caballos, carros y un pueblo más numeroso que tú, no les temas, pues Yahveh, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, está contigo.


Traeré sobre vosotros la espada, la espada que vengará mi alianza. Buscaréis refugio en vuestras ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de vosotros y os entregaréis a vuestros enemigos.


Movilizó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, equipados con sus correspondientes guerreros.


Despachó mensajeros a la ciudad, a Ajab, rey de Israel,


El rey de Aram hacía la guerra a Israel. Celebró un consejo con sus cortesanos y les dijo: 'En tal y tal sitio instalaré mi campamento'.


Y cuando estaba contando al rey que había resucitado a un muerto, se presentó la mujer a cuyo hijo había resucitado, para reclamar ante el rey su casa y su campo. Dijo entonces Guejazí: '¡Oh, mi señor el rey! Ésta es la mujer, y éste es su hijo, al que resucitó Eliseo'.


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