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1 Pedro 2:9 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Vosotros, en cambio, sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para anunciar las magnificencias del que os llamó de las tinieblas a su maravillosa luz.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Pero ustedes son una raza elegida, un reino de sacerdotes, una nación consagrada, un pueblo que Dios hizo suyo para proclamar sus maravillas; pues él los ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Pero vosotros sois linaje escogido, sacerdocio real, nación santa,° pueblo por posesión,° para que proclaméis las proezas° del que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido; para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.

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1 Pedro 2:9
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Porque tú eres un pueblo consagrado a Yahveh, tu Dios. Es Yahveh, tu Dios, quien te ha escogido de entre todos los pueblos de la tierra para que seas pueblo de su propiedad.


y de nosotros hizo un reino, sacerdotes para Dios, su Padre: a él la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.


Y los hiciste para nuestro Dios reino y sacerdotes que reinarán sobre la tierra'.


Vosotros seréis sacerdotes de Yahveh; ministros de nuestro Dios se dirá de vosotros. Comeréis los tesoros de las naciones, y de sus riquezas os gloriaréis.


quien nos ha salvado y llamado a una vocación santa, no según nuestras obras, sino según su propio designio y gracia, que se nos dio en Cristo Jesús desde la eternidad,


porque tú eres un pueblo consagrado a Yahveh, tu Dios, y Yahveh te ha elegido de entre todos los demás pueblos de sobre la faz de la tierra para que seas el pueblo de su propiedad.


Servid también vosotros de piedras vivas para edificar una casa espiritual destinada a un sacerdocio santo que ofrece sacrificios espirituales, agradables a Dios por medio de Jesucristo.


el cual se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda iniquidad y para purificarnos, haciendo de nosotros un pueblo que fuera su patrimonio, dedicado a buenas obras.


pero sólo de tus padres se prendó Yahveh y los amó, y escogió a su descendencia, a vosotros, de entre todos los pueblos, como ahora se ve.


Abrid las puertas, para que entre la nación justa que se ha mantenido leal.


a fin de que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, y alcancen la remisión de los pecados y tengan parte en la herencia de los que han sido santificados por la fe en mí'.


Dichoso y santo el que tiene parte en la primera resurrección. Sobre éstos no tiene potestad la segunda muerte, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él por [los] mil años.


Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él eligió por su heredad.


Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.


mientras que a vosotros os tomó Yahveh y os sacó del horno de hierro, de Egipto, para que fuerais el pueblo de su heredad, como lo sois hoy.


Él nos libertó del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino del Hijo de su amor,


Al que destruya el templo de Dios, a ese Dios lo destruirá. Pues el templo de Dios es santo; y ese templo sois vosotros.


Tened cuidado de vosotros mismos y de toda la grey, en la cual el Espíritu Santo os ha constituido inspectores para pastorear la Iglesia de Dios que él se adquirió con su propia sangre.


Y también de entre ellos tomaré sacerdotes y levitas -dice Yahveh-.


Guiaré a los ciegos por camino que ignoran, por senderos desconocidos los encaminaré. Cambiaré ante ellos la oscuridad en luz, y lo escabroso en llanura. Éstas son las cosas que haré y no las abandonaré.


Pero tú, Israel, siervo mío, Jacob a quien elegí, estirpe de Abrahán, mi amigo,


Multiplicaste el contento, acrecentaste la alegría; se alegraron delante de ti como se alegran en la siega, como se regocijan los que se reparten el botín.


a saber, correr hacia la meta, para ganar el premio al que Dios nos llama arriba en Cristo Jesús.


Ahora escucha, Jacob, siervo mío, Israel, a quien elegí.


El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; para aquellos que yacían en región y sombra de muerte una luz amaneció.


santificados por el Espíritu, según el previo designio de Dios Padre, para recibir el mensaje de Jesucristo y la aspersión de su sangre: que abunden en vosotros la gracia y la paz.


para iluminar a los que yacen en tinieblas y sombra de muerte, y enderezar nuestros pasos por la senda de la paz'.


que yo pueda gozar del bien de tus electos, alegrarme en la dicha de tu gente, gloriarme con tu herencia.


es decir, a nosotros, a quienes llamó, no sólo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles?


Respondió Agripa a Pablo: 'Por poco me convences de que me haga cristiano'.


El que predica, hágalo como quien profiere palabras de Dios; el que ejerce un ministerio, como quien tiene poder otorgado por Dios. Y así, en todas las cosas será Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.


para alabanza de la gloria de su gracia, de la cual nos dotó en el Amado.


Mas si digo: 'Hablaré yo de igual modo', soy traidor a la raza de tus hijos.


Sólo a él han de adorar los que duermen en la tierra, ante él se inclinarán los que bajan al polvo, con el alma sin vida.


el cual es arras de nuestra herencia, para la redención del pueblo que Dios adquirió para sí, para alabanza de su gloria.


Y por ellos me consagro a mí mismo, para que también ellos sean consagrados en la verdad.'


a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.


Y Yahveh por amor de su gran nombre, no abandonará a su pueblo pues ha querido hacer de vosotros su pueblo.


Él es el Dios que nos alumbra: ordenad la procesión con palmas hasta los cuernos del altar.


A Jacob eligió él para sí, a Israel para ser su propiedad.


Los llamarán 'Pueblo santo', 'Redimidos de Yahveh'. A ti te llamarán 'Buscada', 'Ciudad no abandonada''.


Ellos serán para mí -dice Yahveh Sebaot- propiedad particular, el día en que yo actúe. Seré indulgente con ellos, como un hombre es indulgente con el hijo que le sirve.


No tendrán heredad en medio de sus hermanos: Yahveh es su heredad, según él les ha dicho.


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