De acuerdo con lo dispuesto por su padre David, estableció los turnos de los sacerdotes para sus respectivos servicios y las funciones de los levitas que debían cantar alabanzas y prestar servicio junto a los sacerdotes según el rito de cada día, y los porteros, según sus clases, para cada puerta. Porque así lo había dispuesto David, hombre de Dios.
El levita Coré, hijo de Yimná, portero de la puerta oriental, estaba encargado de las ofrendas voluntarias hechas a Dios y de distribuir las ofrendas reservadas a Yahveh y las cosas sacratísimas.