55 Fueron clanes de los sofríes que moraban en Yabés los tiratíes, los simatíes, los sucatíes. Éstos son los quinitas, que proceden de Jamat, padre de la casa de Recab.
55 Y las familias de los escribas que moraban en Jabes fueron los tirateos, los simeateos y los sucateos, los cuales son los ceneos que vinieron de Hamat padre de la casa de Recab.
55 y las familias de escribas que vivieron en Jabes: los tirateos, los simeateos y los sucateos. Todos ellos fueron ceneos, que descendían de Hamat, el padre de la familia de Recab.
55 las familias de los sofríes que habitaban en Jabés, los tiratíes, los simatíes, los sucatíes. Estos son quenitas descendientes de Jamat, padre de la familia de Recab.
55 Y las familias de los escribas que habitaban en Jabes: los tirateos, los simeateos y los sucateos, los cuales son los ceneos, que proceden de Hamat, padre de la casa de Recab.
55 Y las familias de los escribas, que moraban en Jabes, fueron los tirateos, simateos y los sucateos; los cuales son los cineos que vinieron de Hamat, padre de la casa de Recab.
Partió de allí y encontró a Jonadab, hijo de Recab, que le salía al encuentro. Lo saludó y le preguntó: '¿Es sincero conmigo tu corazón como lo es el mío contigo?'. Respondió Jonadab: 'Sí; lo es'. Le dijo Jehú: 'Pues si es así, dame la mano'. Y el otro se la dio. Entonces Jehú le mandó subir al carro a su lado.
Los hijos de Jobab, el quenita, suegro de Moisés, subieron con los hijos de Judá desde la ciudad de las Palmeras al desierto que está al sur de Arad, y fueron a habitar con los amalecitas.
Jéber, el quenita, se había separado de Caín, de los hijos de Jobab, suegro de Moisés, y había plantado su tienda junto al encinar de Saananín, que está cerca de Cades.
Saúl dijo a los quenitas: 'Id, retiraos y salid de en medio de los amalecitas, no sea que os haga desaparecer con ellos; pues vosotros tratasteis bien a todos los israelitas cuando subían de Egipto'. Los quenitas se apartaron de los amalecitas.
¿Cómo podéis decir: somos sabios, y la ley de Yahveh está con nosotros? Pero es cierto que en mentira la ha convertido la pluma mentirosa de los escribas.
subió de Babilonia. Esdras era un escriba versado en la ley que Yahveh, Dios de Israel, había dado a Moisés. Y como la mano de Yahveh, su Dios, estaba con él, el rey le concedió todo cuanto le había pedido.
Éstos son los hijos de David que le nacieron en Hebrón: el primogénito fue Amnón, de Ajinoán, de Yizreel; el segundo fue Daniel, de Abigail, de Carmelo;