Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





1 Crónicas 10:4 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Dijo entonces Saúl a su escudero: 'Desenvaina tu espada y atraviésame con ella, no sea que lleguen esos incircuncisos y hagan escarnio de mí'. Pero no quiso acceder el escudero, por el gran temor que sentía. Saúl tomó entonces su propia espada y se dejó caer sobre ella.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

4 Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan estos incircuncisos y hagan escarnio de mí; pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl tomó la espada, y se echó sobre ella.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Con gemidos, Saúl le dijo a su escudero: «Toma tu espada y mátame antes de que estos filisteos paganos lleguen para burlarse de mí y torturarme». Pero su escudero tenía miedo y no quiso hacerlo. Entonces Saúl tomó su propia espada y se echó sobre ella.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Saúl dijo a su escudero: 'Saca tu espada y traspásame con ella; no sea que vengan esos incircuncisos y se burlen de mí. Pero el escudero no quiso, pues estaba lleno de temor. Entonces tomó Saúl la espada y se arrojó sobre ella.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

4 Entonces Saúl dijo a su escudero: ¡Saca tu espada y traspásame con ella, no sea que estos incircuncisos vengan y hagan escarnio de mí! Pero su escudero no quiso, porque tenía gran temor. Entonces Saúl tomó la espada y se echó sobre ella.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y hagan escarnio de mí; pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl tomó la espada, y se echó sobre ella.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




1 Crónicas 10:4
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Dijo entonces a su escudero: 'Desenvaina tu espada y atraviésame con ella, no sea que lleguen esos incircuncisos y me atraviesen y hagan escarnio de mí'. Pero no quiso acceder su escudero, por el gran temor que sentía. Saúl tomó entonces su propia espada y se dejó caer sobre ella.


Al despertar el carcelero y ver las puertas de la cárcel abiertas, desenvainó la espada con la intención de matarse, pensando que los presos habrían huido.


pero adquirió un campo con el precio de la traición, cayó de cabeza, reventó y se le salieron todas las entrañas.


Al ver el escudero que Saúl estaba muerto, se dejó caer también él sobre su espada y murió junto a él.


Cuando vio Zimrí que la ciudad estaba tomada, se retiró a la ciudadela del palacio real, la prendió fuego y así pereció,


Cuando Ajitófel vio que no se había seguido su consejo, aparejó el asno, emprendió el camino y se fue a su casa, a su ciudad; después de disponer de sus cosas, se ahorcó y murió. Fue sepultado en el sepulcro de su padre.


No lo anunciéis en Gat, ni lo publiquéis en las plazas de Ascalón, para que no se alegren las hijas de los filisteos, para que no salten de gozo las hijas de los incircuncisos.


Tu siervo ha matado leones y osos. Y ese filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a las huestes del Dios vivo'.


Preguntó David a los hombres que estaban a su lado: '¿Qué se hará con el que mate a este filisteo y haga desaparecer de Israel esta afrenta? ¿Quién es ese filisteo incircunciso, para desafiar así a las huestes del Dios vivo?'.


Jonatán dijo a su escudero. 'Ven; vamos a pasar al puesto de esos incircuncisos. Quizá Yahveh haga algo por nosotros, porque nada le impide a Yahveh dar la victoria con muchos o con pocos'.


Los filisteos le prendieron y le sacaron los ojos; lo bajaron a Gazá y lo ataron con una doble cadena de bronce. Y en la prisión le hacían dar vueltas a la piedra de molino.


Sintió luego mucha sed, por lo que invocó a Yahveh diciendo: 'Tú has concedido a tu siervo esta gran victoria; pero ¿voy ahora morir de sed, y a caer en manos de los incircuncisos?'.


Él llamó de inmediato a su joven escudero y le dijo: 'Saca tu espada y remátame, para que nadie diga de mí: 'Una mujer lo ha matado''. Su escudero lo traspasó, y él murió.


El joven que le traía la noticia respondió: 'Me encontraba yo casualmente en el monte Gelboé, y vi a Saúl apoyado sobre su lanza justamente cuando los carros y los jinetes estaban a punto de darle alcance.


El peso de la batalla cargó sobre Saúl. Y al dar con él los arqueros, le hirieron con sus flechas.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម