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1 Corintios 8:4 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Pues bien, respecto de comer lo inmolado a los ídolos, sabemos que un ídolo no es nada en el mundo; y que no hay más que un solo Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Entonces, ¿qué acerca de comer carne ofrecida a ídolos? Pues sabemos que un ídolo no es en verdad un dios y que hay solo un Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Entonces, ¿se puede comer carne sacrificada a los ídolos? Sabemos que un ídolo no es nada en realidad y que no hay más Dios que el Unico.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Acerca pues, del comer de los sacrificios a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que ninguno° es Dios, sino uno.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Y en cuanto a comer de aquello que es sacrificado a los ídolos, sabemos que el ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un solo Dios.

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1 Corintios 8:4
33 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tú debes saber hoy, por lo tanto, y recordarlo en tu corazón, que Yahveh es el único Dios en lo alto del cielo y aquí abajo en la tierra, y que no existe ningún otro.


Mirad: vosotros sois menos que nada; vuestras obras, absoluta nulidad. Es abominable quien os elige.


Porque Dios es único, y único es también el mediador entre Dios y los hombres: un hombre, Cristo Jesús,


Un solo Dios y Padre de todos, el que está sobre todos, mediante todos actúa y está en todos.


Escucha, Israel: Yahveh es nuestro Dios, Yahveh es único.


Respondió Jesús: 'El primero es: Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor,


Así dice Yahveh, tu redentor, el que te formó desde el seno: yo soy Yahveh, que lo ha hecho todo; yo extiendo los cielos, yo solo, dilato la tierra, y ¿quién conmigo?,


Así dice Yahveh, Rey de Israel, su redentor, Yahveh Sebaot: 'Soy el primero y el último, y fuera de mí no hay ningún dios.


al único Dios, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, gloria, magnificencia, fuerza y poder desde antes de todos los siglos, ahora y por todos los siglos. Amén.


Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, comiendo en un templo pagano, ¿no se verá la conciencia del que es débil inducida a comer lo inmolado a los ídolos?


Todos tenemos conocimiento acerca de la carne inmolada a los ídolos. Pero el conocimiento infla, mientras que el amor construye.


Pero ahora estáis viendo y oyendo cómo este Pablo ha convencido y seducido a una gran muchedumbre, no sólo de Éfeso, sino de casi toda Asia, diciendo que no son dioses los que se hacen a mano.


diciendo a gritos: '¿Qué hacéis, hombres? También nosotros somos hombres, sujetos a las mismas miserias que vosotros, y os traemos la buena noticia de que debéis convertiros de estas vanidades al Dios vivo que hizo el cielo y la tierra y el mar y todo cuanto hay en ellos.


Todo hombre se queda entontecido, sin conocimiento; avergonzado de su ídolo todo orfebre, porque su estatua fundida es un engaño: no tienen vida,


Yahveh es el Dios verdadero, el Dios vivo y el Rey eterno. Ante su ira tiembla la tierra, y las naciones no soportan su furor.


Así dice Yahveh: 'Las ganancias de Egipto y el tráfico de Cus, y los sabeos, de alta estatura, a ti pasarán y serán tuyos; en pos de ti irán, con cadenas pasarán, ante ti se postrarán y te suplicarán: 'Sólo en ti hay Dios y nadie más, ningún dios''.


Yo, Yahveh, y nadie más; fuera de mí no hay ningún dios. Te ciño sin que me conozcas,


Pero ahora, oh Yahveh, Dios nuestro, sálvanos de su mano para que sepan todos los reinos de la tierra que sólo tú, oh Yahveh, eres Dios'.


'¡Oh Yahveh Sebaot, Dios de Israel, que moras sobre los querubines! Tú eres el único Dios de todos los reinos de la tierra, tú eres el que ha hecho el cielo y la tierra.


Ved, pues, ahora que yo, yo soy, y que no hay otro dios a mi lado. Yo doy muerte y doy vida, yo hiero y yo curo, no hay quien libre de mi mano.


Te ha sido concedido ver todo esto, para que sepas que Yahveh es, en verdad, Dios, y que no hay otro fuera de Él.


'¡Señor, Yahveh! Tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu mano poderosa; pues ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra que pueda hacer obras y proezas como las tuyas?


¡Al rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén!


Tú eres grande y hacedor de maravillas, tan sólo tú, oh Dios.


sino escribirles que se abstengan de las contaminaciones de los ídolos, de la fornicación, de lo estrangulado y de la sangre.


Y por tu conocimiento se pierde el débil, el hermano por quien Cristo murió.


Es verdad que en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, estabais esclavizados a dioses que no lo son en realidad;


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