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Zacarías 7:11 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;

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Biblia Reina Valera 1960

11 Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 »Sus antepasados se negaron a escuchar este mensaje. Volvieron la espalda tercamente y se taparon los oídos para no oír.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Pero ellos no quisieron que les hablara, me volvieron la espalda y se tapaban los oídos para no escucharme;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Pero ellos no quisieron atender, volvieron la espalda, se rebelaron, se taparon los oídos para no oír.

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Zacarías 7:11
41 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y los amonestaste para que volviesen a tu ley; mas ellos fueron soberbios, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá. Pero ellos dieron la espalda, y endurecieron su cerviz, y no escucharon.


Porque como becerra rebelde se apartó Israel: ¿los apacentará ahora Jehová como a corderos en lugar espacioso?


¿Por qué entonces este pueblo de Jerusalén retrocede con rebeldía perpetua? Se aferran al engaño, rehúsan volver.


Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose sus oídos arremetieron a una contra él.


No seáis como vuestros padres, a los cuales hablaron los antiguos profetas, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos, y de vuestras malas obras; pero no atendieron, ni me escucharon, dice Jehová.


Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quieren oír a mí; porque toda la casa de Israel es dura de frente, y dura de corazón.


Y envié a vosotros a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviándolos a decir: Volveos ahora cada uno de su mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres: mas no inclinasteis vuestro oído, ni me obedecisteis.


Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que hablaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháramos al que habla desde el cielo.


Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.


No escuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en Jehová, no se acercó a su Dios.


hemos pecado, hemos hecho iniquidad, hemos obrado impíamente, hemos sido rebeldes y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus juicios.


En cuanto a la palabra que nos has hablado en el nombre de Jehová, no la oiremos de ti;


Y castigaré a él y a su simiente y a sus siervos por su maldad; y traeré sobre ellos, y sobre los moradores de Jerusalén, y sobre los varones de Judá, todo el mal que les he dicho y no escucharon.


Mas ellos no obedecieron, ni inclinaron su oído, antes endurecieron su cerviz para no oír ni recibir corrección.


Este pueblo malo, que no quieren oír mis palabras, que andan en las imaginaciones de su corazón, y se fueron en pos de dioses ajenos para servirles, y para adorarles, vendrá a ser como este cinto, que para nada sirve.


Se han vuelto a las maldades de sus primeros padres, los cuales no quisieron escuchar mis palabras, antes se fueron tras dioses ajenos para servirles; la casa de Israel y la casa de Judá quebrantaron mi pacto, el cual yo había concertado con sus padres.


Pero ellos no escucharon ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus consejos, en la dureza de su malvado corazón, y fueron hacia atrás y no hacia adelante,


Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos; no sea que vea con sus ojos, y oiga con sus oídos, y su corazón entienda, y se convierta y sea sanado.


Pero fueron desobedientes y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti; e hicieron grandes abominaciones.


No quisieron obedecer, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner un capitán para volverse a su servidumbre. Pero tú que eres un Dios perdonador, clemente y piadoso, lento para la ira y grande en misericordia, no los abandonaste.


Y Jehová habló a Manasés y a su pueblo, pero ellos no escucharon;


Entonces Moisés y Aarón vinieron a Faraón, y le dijeron: Así dice Jehová Dios de los hebreos: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo para que me sirvan.


Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane.


Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia.


Oh Jehová, ¿no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, pero no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron arrepentirse.


Oíd ahora esto, pueblo necio y sin entendimiento, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye.


Pero no me escucharon ni inclinaron su oído; antes endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.


Mas si no me oyereis para santificar el día del sábado, y para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en día de sábado, yo haré encender fuego en sus puertas, y consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará.


Y os lo he declarado hoy, y no habéis obedecido a la voz de Jehová vuestro Dios, ni a todas las cosas por las cuales me envió a vosotros.


Y ella cambió mis juicios y mis ordenanzas en impiedad más que las naciones, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon mis juicios y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos.


a los cuales Él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oír.


Por tanto, yo os designaré a la espada, y todos vosotros os inclinaréis al matadero; por cuanto llamé, y no respondisteis; hablé, y no oísteis; sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que no me agrada.


Así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí, yo traeré sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no oír mis palabras.


para tomar a la casa de Israel en su corazón, que se han apartado de mí todos ellos por sus ídolos.


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