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Sofonías 3:4 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Sus profetas son mentirosos y arrogantes, en busca de su propia ganancia. Sus sacerdotes profanan el templo al desobedecer las instrucciones de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Sus profetas son unos charlatanes dispuestos para cualquier mentira; sus sacerdotes profanan las cosas santas y no respetan la Ley.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Sus profetas son insolentes, hombres desleales; sus sacerdotes han profanado el santuario y han violentado la Ley.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Sus profetas son vanidosos, impostores; sus sacerdotes profanan lo santo, quebrantan la ley.

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Sofonías 3:4
33 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sus sacerdotes quebrantaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis sábados escondieron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos.


Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos.


Vinieron los días de la visitación, vinieron los días de la paga; lo conocerá Israel; necio es el profeta, insensato es el varón de espíritu, a causa de la multitud de tu maldad, y el grande odio.


Tus profetas vieron para ti vanidad y locura; y no descubrieron tu pecado para impedir tu cautiverio, sino que te predicaron vanas profecías y extravíos.


los profetas profetizan mentira, y los sacerdotes gobiernan por su propia mano; y mi pueblo así lo quiere. ¿Qué, pues, haréis al final de esto?


El anciano y venerable de rostro es la cabeza; y el profeta que enseña la mentira, es la cola.


Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho los milagros delante de ella, con los cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego ardiendo con azufre.


Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.


Porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, disfrazándose como apóstoles de Cristo.


Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.


Si alguno que anda en el espíritu de falsedad mintiere, diciendo: Yo te profetizaré de vino y de licor; este tal será el profeta de este pueblo.


He aquí, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, dice Jehová y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y sus lisonjas, y yo no los envié, ni les mandé; por tanto, no son de provecho a este pueblo, dice Jehová.


Por tanto, daré sus esposas a otros, y sus campos a los que los posean; porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, son dados a la avaricia, desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.


Y Elí era muy viejo, y oía todo lo que sus hijos hacían a todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de la congregación.


Y le dieron setenta piezas de plata del templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló hombres ociosos y vagabundos, que le siguieron.


a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén, a los eunucos y a los sacerdotes, y a todo el pueblo de la tierra que pasaron entre las partes del becerro;


Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio.


El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo Padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy Señor, ¿dónde está mi temor?, dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?


Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca buscarán la ley; porque él es el mensajero de Jehová de los ejércitos.


He aquí que los príncipes de Israel, cada uno según su poder, estuvieron en ti para derramar sangre.


Sus cabezas juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová diciendo: ¿No está Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros.


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