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Salmos 69:8 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 He venido a ser extraño a mis hermanos, y extranjero a los hijos de mi madre.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Extraño he sido para mis hermanos, Y desconocido para los hijos de mi madre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Hasta mis propios hermanos fingen no conocerme; me tratan como a un extraño.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 me volví como un extraño a mis hermanos, un desconocido para los hijos de mi madre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 He venido a ser extraño para mis hermanos, Y extranjero para los hijos de mi madre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Por tu causa es, ciertamente, el que yo sufra vejación y que me cubran el rostro las afrentas,

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Salmos 69:8
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

De todos mis enemigos he sido oprobio, más de mis vecinos, y horror a mis conocidos; los que me veían afuera, huían de mí.


A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.


Porque ni aun sus hermanos creían en Él.


Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga; y mis parientes se pusieron lejos.


Despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y experimentado en quebranto; y como que escondimos de Él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.


Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, Eliab se encendió en ira contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Y con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.


Pero todo esto es hecho, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.


Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado, han deshonrado los pasos de tu ungido.


Bendito sea Jehová para siempre. Amén y amén.


Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y esputos.


Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.


Tú lo sabes, oh Jehová; acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No me tomes en la prolongación de tu enojo: sabes que por amor a ti sufro afrenta.


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