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Salmos 34:12 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 ¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien?

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12 ¿Quién es el hombre que desea vida, Que desea muchos días para ver el bien?

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 m ¿Quién es el hombre que desea la vida, Que desea muchos días para ver el bien?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Lámed. Venid, hijos, y escuchadme, que el temor del Señor quiero enseñaros.

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Salmos 34:12
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

y que ames a Jehová tu Dios, y obedezcas su voz, y te acerques a Él; porque Él es tu vida y la largura de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, a Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.


Para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, y tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, y que tus días sean prolongados.


Y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.


Lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación.


Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.


Acuérdate que mi vida es un soplo, y que mis ojos no volverán a ver el bien.


El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.


Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.


Vida te pidió, y tú se la diste: Largura de días eternamente y para siempre.


Reuníos y oíd, hijos de Jacob; y escuchad a Israel, vuestro padre.


En cuanto a mí, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de orar por vosotros; antes bien, yo os enseñaré en el camino bueno y recto.


Y si no, óyeme tú a mí; calla, y te enseñaré sabiduría.


Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones.


Ahora pues, hijos, oídme, y estad atentos a las palabras de mi boca.


El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; y el conocimiento del Santo es el entendimiento.


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