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Salmos 33:16 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 El rey no es salvo por la multitud del ejército: Ni es librado el valiente por la mucha fuerza.

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Biblia Reina Valera 1960

16 El rey no se salva por la multitud del ejército, Ni escapa el valiente por la mucha fuerza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 El ejército mejor equipado no puede salvar a un rey, ni una gran fuerza es suficiente para salvar a un guerrero.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 No salva al rey lo inmenso de sus tropas, ni su gran fuerza libra al que combate.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 El rey no se salva por la multitud del ejército, Ni el poderoso escapa por la mucha fuerza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 La victoria del rey no está en sus tropas, ni el guerrero se salva por su fuerza.

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Salmos 33:16
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Porque no se apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró; sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque te complaciste en ellos.


Así dice Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en su riqueza.


Pues los hijos de Amón y Moab se levantaron contra los del monte de Seir, para matarlos y destruirlos; y como hubieron acabado a los del monte de Seir, cada cual ayudó a la destrucción de su compañero.


Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo dé a los madianitas en su mano; no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.


Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.


Y Jehová envió un ángel, el cual hirió a todo hombre esforzado y valiente, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Así se volvió con vergüenza de rostro a su tierra; y cuando entró en el templo de su dios, los que habían salido de sus propias entrañas lo mataron a espada.


¡Oh Dios nuestro! ¿No los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros y no sabemos qué hacer, mas a ti volvemos nuestros ojos.


Salió entonces del campamento de los filisteos un adalid, que se llamaba Goliat, de Gat, el cual tenía de altura seis codos y un palmo.


Dame, pues, ahora esta montaña, de la cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que las ciudades son grandes y fortificadas. Quizá Jehová será conmigo, y los echaré como Jehová ha dicho.


Y Benadad envió a decirle: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, que el polvo de Samaria no bastará a los puños de todo el pueblo que me sigue.


Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí yo te los probaré; y será que del que yo te dijere: Vaya este contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te dijere: Este no vaya contigo, el tal no irá.


Él guarda los pies de sus santos, mas los impíos perecen en tinieblas; porque nadie prevalecerá por su propia fuerza.


Entonces él pasó revista a los jóvenes de los príncipes de las provincias, los cuales fueron doscientos treinta y dos. Luego pasó revista a todo el pueblo, a todos los hijos de Israel, que fueron siete mil.


Y ahora vosotros tratáis de fortificaros contra el reino de Jehová en mano de los hijos de David, porque sois muchos, y tenéis con vosotros los becerros de oro que Jeroboam os hizo por dioses.


No quitará sus ojos del justo; antes bien con los reyes los pondrá en trono para siempre, y serán exaltados.


¿Confiarás tú en él, por ser grande su fortaleza, y le confiarás tu labor?


Ellos se doblegaron y cayeron; mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.


Me volví, y vi debajo del sol, que no es de los ligeros la carrera, ni de los fuertes la guerra, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontece a todos.


¿Cómo decís: Somos hombres valientes, y fuertes para la guerra?


Habéis arado impiedad, segasteis iniquidad; comeréis fruto de mentira; porque confiaste en tu camino, en la multitud de tus hombres valientes.


y la huida perecerá del ligero, y al fuerte no le ayudará su fuerza, ni el valiente librará su vida;


y el que toma el arco no resistirá, ni escapará el ligero de pies, ni el que cabalga en caballo salvará su vida.


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