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Salmos 28:9 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; pastoréalos y enaltécelos para siempre.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; Y pastoréales y susténtales para siempre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 ¡Salva a tu pueblo! Bendice a Israel, tu posesión más preciada. Guíalos como un pastor y llévalos en tus brazos por siempre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 ¡Salva a tu pueblo y bendice a los tuyos; pastoréalos y llévalos por siempre!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 ¡Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad! ¡Pastoréalos, y carga con ellos para siempre!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Libera tú a tu pueblo, bendice a tu heredad, apaciéntalos y guíalos por siempre.

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Salmos 28:9
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Como pastor apacentará su rebaño; con su brazo recogerá los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.


De tras las paridas lo trajo, para que apacentase a Jacob, su pueblo, y a Israel, su heredad.


Y ellos son tu pueblo y tu heredad, que sacaste con tu gran fortaleza y con tu brazo extendido.


Y tú Belén, en la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un Gobernador, que regirá a mi pueblo Israel.


En toda su angustia Él fue angustiado, y los salvó el Ángel de su presencia; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los llevó todos los días de antaño.


Y a cualquiera que hubiere quedado de todos los lugares donde peregrinare, los hombres de su lugar ayúdenle con plata y oro, bienes y ganado; además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén.


porque ellos son tu pueblo y tu heredad, que tú sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro.


alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos;


Redime, oh Dios, a Israel de todas sus angustias.


porque tú los apartaste de entre todos los pueblos de la tierra para que fuesen tu heredad, como lo dijiste por mano de Moisés tu siervo, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto, oh Señor Jehová.


Apacienta a tu pueblo con tu cayado, el rebaño de tu heredad, que mora solo en el bosque, en medio del Carmelo; Que pasten en Basán y Galaad, como en el tiempo pasado.


Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre los millares de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas han sido desde el principio, desde la eternidad.


Porque así dice Jehová: Cantad con alegría por Jacob, y dad voces de júbilo entre la principal de las naciones; publicad, alabad, y decid: Oh Jehová, salva a tu pueblo, el remanente de Israel.


No es como ellos la porción de Jacob: porque Él es el Hacedor de todo, e Israel es la vara de su herencia: Jehová de los ejércitos es su nombre.


Oídme, oh casa de Jacob, y todo el remanente de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz.


¡Oh que de Sión saliera la salvación de Israel! Cuando Jehová haga volver a los cautivos de su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.


Y Él estará, y apacentará con el poder de Jehová, con la majestad del nombre de Jehová su Dios; y permanecerán, porque ahora Él será engrandecido hasta los confines de la tierra.


Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué haré por vosotros, y con qué haré compensación, para que bendigáis a la heredad de Jehová?


Y en todo cuanto he andado con todos los hijos de Israel, ¿acaso he hablado palabra con alguna de las tribus de Israel, a quien haya mandado que apaciente mi pueblo de Israel, diciendo: ¿Por qué no me habéis edificado casa de cedro?


Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob la cuerda de su heredad.


Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.


Y oré a Jehová, diciendo: Oh Señor Jehová, no destruyas a tu pueblo y a tu heredad que has redimido con tu grandeza, que sacaste de Egipto con mano fuerte.


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