Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Romanos 9:20 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques contra Dios? ¿Dirá lo formado al que lo formó: Por qué me has hecho así?

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

20 Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: Por qué me has hecho así?

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

20 No, no digan eso. ¿Quién eres tú, simple ser humano, para discutir con Dios? ¿Acaso el objeto creado puede preguntarle a su creador: «¿Por qué me has hecho así?»?

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Pero, amigo, ¿quién eres tú para pedir cuentas a Dios? ¿Acaso dirá la arcilla al que la modeló: Por qué me hiciste así?

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

20 En todo caso, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá acaso lo moldeado al que lo moldea: Por qué me hiciste así?°

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 ¡Pero, hombre! ¿Quién eres tú para replicar a Dios? ¿Acaso le dirá la vasija al alfarero: por qué me hiciste así?,

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Romanos 9:20
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Vuestra perversión ciertamente será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su hacedor: Él no me hizo; y dirá el vaso de aquel que lo ha formado: Él no tiene entendimiento?


Pero ahora, oh Jehová, tú eres nuestro Padre; nosotros somos el barro, y tú nuestro alfarero; obra de tus manos somos todos nosotros.


¿Por qué tomaste pleito contra Él? Porque Él no da cuenta de ninguna de sus razones.


¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto.


¿No me es lícito hacer con lo mío lo que quiero? ¿O es malo tu ojo porque yo soy bueno?


¿Tendrán fin las palabras vanas? ¿O qué te anima a responder?


disputas perversas de hombres de mente corrompida, y privados de la verdad, que suponen que la piedad es ganancia; apártate de los tales.


¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este mundo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?


¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte tú?


¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Y quién le dirá: Has hecho iniquidad?


¿Mas quieres saber, oh hombre vano, que la fe sin obras es muerta?


Exhorta a los siervos a ser obedientes a sus amos, y a que les agraden en todo; que no sean respondones;


Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; porque en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.


Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno, y ¿qué pide Jehová de ti? Solamente hacer justicia, y amar misericordia, y caminar humildemente con tu Dios.


Una vez hablé, mas no responderé: Aun dos veces, pero no añadiré más.


Porque ¿de dónde sabes, oh esposa, si harás salvo a tu marido? ¿O de dónde sabes, oh marido, si quizá harás salva a tu esposa?


Y el rey respondió: ¿Qué tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia? Si él así maldice, es porque Jehová le ha dicho que maldiga a David; ¿quién, pues, le dirá: Por qué lo haces así?


Porque Él no es un hombre igual que yo, para que yo le responda, y vengamos juntamente a juicio.


¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve? ¡Como si el bordón se levantase contra el que lo levanta! ¡Como si se levantase la vara como si no fuese leño!


¿No podré yo hacer con vosotros como este alfarero, oh casa de Israel, dice Jehová? He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.


Y todos los moradores de la tierra son estimados como nada, y Él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien estorbe su mano y le diga: ¿Qué haces?


Mas Él le dijo: Hombre, ¿quién me puso por juez o partidor sobre vosotros?


¿Y piensas esto, oh hombre, que juzgas a los que hacen tales cosas y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?


¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?


¿Y qué si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira, preparados para destrucción;


¿Tú quién eres, que juzgas al siervo ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, que poderoso es Dios para hacerle estar firme.


Pero en una casa grande, no sólo hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y asimismo unos para honra, y otros para deshonra.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម