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Romanos 8:17 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo; si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos también glorificados.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Así que como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios; pero si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Siendo hijos, son también herederos; la herencia de Dios será nuestra y la compartiremos con Cristo. Y si hemos sufrido con él, estaremos con él también en la Gloria.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Y si hijos, también herederos:° por una parte, herederos de Dios, y por la otra, coherederos con el Mesías, ya que° juntamente padecemos para que juntamente seamos glorificados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos de Cristo, puesto que padecemos con él y así también con él seremos glorificados.

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Romanos 8:17
35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Así que ya no eres siervo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por Cristo.


Y si vosotros sois de Cristo, entonces simiente de Abraham sois, y herederos conforme a la promesa.


que los gentiles sean coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de su promesa en Cristo por el evangelio,


El que venciere, heredará todas las cosas; y yo seré su Dios, y él será mi hijo.


antes bien regocijaos en que sois participantes de los padecimientos de Cristo; para que cuando su gloria sea revelada, os regocijéis con gran alegría.


para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en el cielo para vosotros,


para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.


Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, lo confirmó con juramento;


Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo; para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.


Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha escogido Dios a los pobres de este mundo, ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?


Porque a vosotros es concedido por Cristo, no sólo que creáis en Él, sino también que padezcáis por Él,


Y nuestra esperanza de vosotros es firme; sabiendo que como sois partícipes de las aflicciones, así también lo seréis de la consolación.


Porque si por un pecado reinó la muerte, por uno; mucho más los que reciben la gracia abundante y el don de la justicia reinarán en vida por uno, Jesucristo.


¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de salvación?


Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como también yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.


No temáis, manada pequeña; porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.


Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.


Antes, como está escrito: Ojo no ha visto, ni oído ha escuchado, ni han subido en corazón de hombre, las cosas que Dios ha preparado para los que le aman.


Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;


Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, la cual es poderosa para sobreedificaros, y daros herencia con todos los santificados.


confirmando el alma de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe; y diciéndoles que es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.


Y su señor le dijo: Bien hecho, siervo bueno y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.


¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?


para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.


Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por Cristo nuestra consolación.


a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte;


Que ahora me regocijo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia,


en estos postreros días nos ha hablado por su Hijo, a quien constituyó heredero de todo, por quien asimismo hizo el universo;


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