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Romanos 4:20 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,

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Biblia Reina Valera 1960

20 Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Abraham siempre creyó la promesa de Dios sin vacilar. De hecho, su fe se fortaleció aún más y así le dio gloria a Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 No dudó de la promesa de Dios ni dejó de creer; por el contrario, su fe le dio fuerzas y dio gloria a Dios,

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 sino que, mirando° la promesa de Dios, no vaciló con incredulidad, y fue fortalecido en la fe, dando gloria a Dios;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Ante la promesa de Dios no titubeó ni desconfió, sino que fue fortalecido por la fe, dio gloria a Dios

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Romanos 4:20
21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor.


Por lo cual me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy poderoso.


Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, esforzaos.


y me dijo: Varón muy amado, no temas; la paz sea contigo; ten buen ánimo, y esfuérzate. Y cuando me habló recobré las fuerzas, y dije: Habla mi señor, porque me has fortalecido.


Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.


Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con venganza, con retribución; Dios mismo, Él vendrá y os salvará.


Y la cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria es el hijo de Remalías. Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis.


Y será que como fuisteis maldición entre las naciones, oh casa de Judá y casa de Israel, así os salvaré, y seréis bendición. No temáis, mas esfuércense vuestras manos.


Así dice Jehová de los ejércitos: Fortaleced vuestras manos, vosotros los que oís en estos días estas palabras de la boca de los profetas, desde el día que se echó el cimiento de la casa de Jehová de los ejércitos, para edificar el templo.


Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué, hijo de Josadac, el sumo sacerdote; y esforzaos, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.


Y dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi esposa es de edad avanzada.


Pero cuando las multitudes vieron esto, se maravillaron y glorificaron a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.


Y con lisonjas hará pecar a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios, se esforzará y hará proezas.


A lo cual aquel príncipe había respondido al varón de Dios, diciendo: Mira, si Jehová hiciese ventanas en el cielo, ¿pudiera suceder tal cosa? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.


Y un príncipe sobre cuya mano el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Mira, si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.


Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fortaleza.


Y creyó a Jehová, y Él se lo contó por justicia.


Y David estaba muy angustiado, porque el pueblo hablaba de apedrearlo; porque todo el pueblo estaba con amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas. Pero David se fortaleció a sí mismo en Jehová su Dios.


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