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Romanos 3:5 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y si nuestra injusticia encarece la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.)

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.)

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 «Sin embargo —algunos podrían decir—, nuestro pecado cumple un buen propósito porque muestra a otros lo justo que es Dios. ¿No es injusto, entonces, que Dios nos castigue?». (Este no es más que un punto de vista humano).

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Pero si nuestra maldad demuestra que Dios es justo, se podría preguntar: ¿No es Dios injusto al castigarnos? -

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y si nuestra injusticia resalta la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que expresa su ira? (hablo como hombre).°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Pues entonces, si nuestra iniquidad pone más de relieve la justicia de Dios, ¿qué vamos a decir? ¿No será Dios injusto cuando descarga su ira? -estoy hablando a la manera humana-.

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Romanos 3:5
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Hablo humanamente, por causa de la debilidad de vuestra carne; que así como presentasteis vuestros miembros como siervos a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora presentéis vuestros miembros como siervos a la justicia y a la santidad.


Hermanos, hablo como hombre: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez confirmado, nadie lo anula, o le añade.


¿Digo esto como hombre? ¿No dice esto también la ley?


¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la ley? ¡En ninguna manera! Al contrario, yo no hubiera conocido el pecado a no ser por la ley: Porque no conociera la codicia si la ley no dijera: No codiciarás.


¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne?


Mas por tu dureza, y tu corazón no arrepentido, atesoras ira para ti mismo, para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios,


Dios celoso y vengador es Jehová; vengador es Jehová, y está furioso; Jehová tomará venganza de sus adversarios, y reserva la ira para sus enemigos.


Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos apóstoles y profetas; porque Dios os ha vengado en ella.


Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.


Si como hombre batallé en Éfeso contra bestias, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos.


Amados, no os venguéis vosotros mismos, antes, dad lugar a la ira; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.


¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?


Pero sabemos que todo lo que la ley dice, a los que están bajo la ley lo dice; para que toda boca se tape, y todo el mundo sea hallado culpable delante de Dios.


Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador?


Lejos de ti el hacer tal cosa, que hagas morir al justo con el impío y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?


¿Acaso pervertirá Dios el juicio, o el Todopoderoso pervertirá la justicia?


Mas Dios encarece su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.


¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?


¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no procuraban la justicia han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por la fe;


antes, aprobándonos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;


Porque he aquí, esto mismo que os contristó según Dios; ¡cuánta solicitud ha obrado en vosotros, y qué defensa, y qué indignación, y qué temor, y qué gran deseo, y qué celo, y aun vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en este asunto.


Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago.


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