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Proverbios 29:24 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 El cómplice del ladrón aborrece su propia alma; pues oye la maldición, y no lo denuncia.

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Biblia Reina Valera 1960

24 El cómplice del ladrón aborrece su propia alma; Pues oye la imprecación y no dice nada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Si ayudas a un ladrón, solo te perjudicas a ti mismo; juras decir la verdad, pero no testificarás.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Busca su propia ruina y es cómplice del ladrón, el que nada dice cuando hacen jurar a los que saben.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 El que se asocia a un ladrón aborrece su propia alma, Oye la maldición, pero no lo denuncia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 El cómplice del ladrón se odia a sí mismo: oye la maldición, pero no lo denuncia.

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Proverbios 29:24
11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y si alguna alma pecare, que hubiere oído la voz del que juró, y él fuere testigo, ya sea que lo vio, o lo supo, si no lo denunciare, él llevará su pecado.


Mas el que peca contra mí, defrauda su alma: Todos los que me aborrecen, aman la muerte.


Tus príncipes, son rebeldes y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no oyen en juicio al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.


El que tiene en poco la instrucción, desprecia su alma; mas el que escucha la reprensión, adquiere entendimiento.


Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa, casa de oración será llamada por todas las naciones? Pero vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.


Mas el que comete adulterio con la mujer, es falto de entendimiento; destruye su alma el que tal hace.


El cual dijo a su madre: Los mil cien siclos de plata que te fueron hurtados, por lo que tú maldecías, y de los cuales me hablaste, he aquí que yo tengo este dinero; yo lo había tomado. Entonces su madre dijo: Bendito seas de Jehová, hijo mío.


Como rugido de león es la ira del rey; quien lo provoca a ira, contra su propia alma peca.


Y él le dijo: En ninguna manera; no morirás. He aquí que mi padre ninguna cosa hará, grande ni pequeña, que no me la descubra; ¿por qué me ha de encubrir mi padre este asunto? No será así.


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