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Proverbios 26:1 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Como la nieve en el verano, y la lluvia en la siega, así no conviene al necio la honra.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Como no conviene la nieve en el verano, ni la lluvia en la siega, Así no conviene al necio la honra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Como la nieve no es para el verano ni la lluvia para la cosecha, tampoco el honor es para los necios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Ni nieve en verano, ni lluvia en la cosecha: tampoco convienen honores a un tonto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Ni la nieve al verano ni la lluvia a la siega, Ni la honra al necio les van bien.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Como nieve en verano y lluvia en la siega, así la gloria desdice del necio.

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Proverbios 26:1
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No conviene al necio el deleite: ¡Cuánto menos al siervo gobernar a los príncipes!


El príncipe falto de entendimiento multiplicará los agravios; mas el que aborrece la avaricia, prolongará sus días.


Asediando andan los malos, cuando son exaltados los más viles de los hombres.


Como el que ata la piedra en la honda, así hace el que al necio da honra.


No conviene al necio la palabra elocuente: ¡Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso!


Al Músico principal: Masquil de David, cuando vino Doeg idumeo y dio cuenta a Saúl, diciéndole: David ha venido a casa de Ahimelec ¿Por qué te jactas de maldad, oh poderoso? La misericordia de Dios es continua.


Aquel a cuyos ojos es menospreciado el vil; mas honra a los que temen a Jehová; el que aun jurando en daño suyo, no cambia;


Y vino Atac, y contó a Esther las palabras de Mardoqueo.


Salió, pues, Atac a Mardoqueo, a la plaza de la ciudad que estaba delante de la puerta del rey.


Y si no, fuego salga de Abimelec, que consuma a los de Siquem y a la casa de Milo; y fuego salga de los de Siquem y de la casa de Milo, que consuma a Abimelec.


Y cuando se lo dijeron a Jotam, fue y se puso en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando su voz clamó, y les dijo: Oídme, varones de Siquem; que Dios os oiga.


El látigo para el caballo, y el cabestro para el asno, y la vara para la espalda del necio.


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