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Oseas 9:10 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Como uvas en el desierto hallé a Israel; como la fruta temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres. Ellos entraron a Baal-peor, y se apartaron para vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaron.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Como uvas en el desierto hallé a Israel; como la fruta temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres. Ellos acudieron a Baal-peor, se apartaron para vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Dice el Señor: «Oh Israel, cuando te encontré por primera vez, fue como encontrar uvas frescas en el desierto. Cuando vi a tus antepasados, fue como ver los primeros higos maduros de la temporada. Pero después me abandonaron por Baal-peor y se entregaron a ese ídolo vergonzoso. En poco tiempo se volvieron viles, tan viles como el dios al que rinden culto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Israel fue para mí como uva silvestre encontrada en el desierto, y sus padres me parecieron como si fueran las primeras brevas; pero no bien habían llegado a Baal-Peor, se vendieron al ídolo y se hicieron tan aborrecibles como el ídolo que amaban.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Como uvas en el desierto hallé a Israel, Como breva° en la higuera encontré a vuestros° padres. Pero ellos fueron a Baal-peor y se consagraron a la Vergüenza,° Y se hicieron tan abominables como aquello que amaron.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Como uvas en el desierto encontré a Israel; como breva en higuera vi a vuestros padres. Llegaron a Baal Peor y a la infamia se entregaron; se hicieron abominables como las cosas que amaron.

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Oseas 9:10
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No castigaré a vuestras hijas cuando se prostituyan, ni a vuestras esposas cuando adulteren: porque ellos ofrecen sacrificios con las rameras, y con las malas mujeres sacrifican; por tanto, el pueblo sin entendimiento caerá.


Porque según el número de tus ciudades fueron tus dioses, oh Judá; y según el número de tus calles, oh Jerusalén, pusisteis los altares de ignominia, altares para ofrecer incienso a Baal.


¡Ay de mí! porque he venido a ser como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia, que no queda racimo para comer; mi alma desea los primeros frutos.


Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto.


Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme; no echó de sí cada uno las abominaciones de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto.


Y ofreced sacrificio de acción de gracias con levadura, y pregonad y publicad ofrendas voluntarias; pues que así lo queréis, oh hijos de Israel, dice Jehová el Señor.


Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.


Así dice Jehová: El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto; cuando fui yo para hacer reposar a Israel.


los profetas profetizan mentira, y los sacerdotes gobiernan por su propia mano; y mi pueblo así lo quiere. ¿Qué, pues, haréis al final de esto?


Y la flor marchita de la hermosura de su gloria que está sobre la cabeza del valle fértil, será como la fruta temprana, la primera del verano, la cual cuando alguien la ve, se la traga tan pronto como la tiene en su mano.


Los entregué, por tanto, a la dureza de su corazón: Caminaron en sus propios consejos.


Y sucedió que como si fuera ligera cosa el andar en los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, fue y tomó por esposa a Jezabel, hija de Etbaal, rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal y lo adoró.


Y aquel día llamó él a Gedeón Jerobaal; porque dijo: Pleitee Baal contra el que derribó su altar.


Ofrecieron sacrificio a los demonios, no a Dios; a dioses que no habían conocido, a nuevos dioses venidos de cerca, que no habían temido vuestros padres.


Lo halló en tierra desierta, en desierto horrible y yermo; lo condujo alrededor, lo instruyó, lo guardó como la niña de su ojo.


Vuestros ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baal-peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti.


Y os servirá de franja, para que cuando lo viereis, os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales fornicáis.


¿Qué fruto teníais entonces en aquellas cosas de las que ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.


Como ellos son los que los hacen, y cualquiera que en ellos confía.


Vergüenza consumió el trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud; sus ovejas, sus vacas, sus hijos y sus hijas.


Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy malos, que no se podían comer de malos.


Su bebida se corrompió; se prostituyeron pertinazmente; sus príncipes amaron lo que avergüenza.


Las primicias de todas las cosas de la tierra de ellos, las cuales traerán a Jehová, serán tuyas: todo limpio en tu casa comerá de ellas.


y quemaron allí incienso en todos los lugares altos, a la manera de las naciones que Jehová había desterrado de delante de ellos, e hicieron cosas muy malas para provocar a ira a Jehová.


¿Quién es esta que sube del desierto como columna de humo, perfumada de mirra y de incienso, y de todo polvo aromático?


Yacemos en nuestra vergüenza, y nuestra confusión nos cubre: porque pecamos contra Jehová nuestro Dios, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud y hasta este día; y no hemos obedecido la voz de Jehová nuestro Dios.


Yo te conocí en el desierto, en la tierra de gran sequía.


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