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Oseas 6:5 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Por esta causa los corté por medio de los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Por esta causa los corté por medio de los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Envié mis profetas para destrozarlos, para aniquilarlos con mis palabras, con juicios tan inevitables como la luz.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Por eso, les envié profetas para desarraigarlos, y de mi propia boca salió su sentencia de muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Por eso los he hecho morir con las palabras de mi boca: Los he trozado por medio de los profetas, Y mi sentencia saldrá como la luz.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Por eso los herí por medio de los profetas, los maté con las palabras de mi boca, y mi juicio apareció como la luz.

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Oseas 6:5
35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿No es mi palabra como el fuego, dice Jehová, y como un martillo que despedaza la roca?


Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.


Por tanto, así dice Jehová Dios de los ejércitos: Porque hablasteis esta palabra, he aquí yo pongo mis palabras en tu boca por fuego, y a este pueblo por leña, y los consumirá.


Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos, y penetra hasta partir el alma y el espíritu, y las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.


Mas por tu dureza, y tu corazón no arrepentido, atesoras ira para ti mismo, para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios,


y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.


Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, y el día, y el mes y el año, para matar la tercera parte de los hombres.


Arrepiéntete, porque si no, vendré pronto a ti, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.


Y tenía en su diestra siete estrellas; y de su boca salía una espada aguda de dos filos, y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.


Y mirándolo Moisés, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor,


Jehová justo está en medio de ella, no hará iniquidad; cada mañana Él saca a luz su juicio, nunca falta; mas el perverso no tiene vergüenza.


Y el aspecto de la visión que vi era como aquella visión que vi cuando vine para destruir la ciudad; y las visiones eran como la visión que vi junto al río de Quebar; y caí sobre mi rostro.


Como diamante, más duro que el pedernal he hecho tu frente; no temas ni desmayes delante de ellos, porque son casa rebelde.


Entonces les dirás: Así dice Jehová: He aquí que yo lleno de embriaguez a todos los moradores de esta tierra, aun a los reyes que se sientan sobre el trono de David, y a los sacerdotes y a los profetas, y a todos los moradores de Jerusalén;


Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, y como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda la tierra, contra los reyes de Judá, contra sus príncipes, contra sus sacerdotes, y contra el pueblo de la tierra.


Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su transgresión, y a la casa de Jacob sus pecados.


sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.


Mi carne se ha estremecido por temor de ti; y de tus juicios tengo miedo.


Y exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía.


Por tanto, varones entendidos, oídme; lejos esté de Dios la impiedad, y del Todopoderoso la iniquidad.


Y le vino una carta del profeta Elías que decía: Jehová, el Dios de David tu padre, dice así: Por cuanto no has andado en los caminos de Josafat tu padre, ni en los caminos de Asa, rey de Judá,


Y le dijo: Así dice Jehová: Por cuanto enviaste mensajeros a consultar a Baal-zebub dios de Ecrón, ¿acaso no hay Dios en Israel para consultar en su palabra? Por tanto, no descenderás del lecho en que subiste, sino que de cierto morirás.


Y será, que el que escapare de la espada de Hazael, Jehú lo matará; y el que escapare de la espada de Jehú, Eliseo lo matará.


Y aconteció que cuando Acab vio a Elías, le dijo Acab: ¿Eres tú el que has turbado a Israel?


Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová, el Dios de Israel, delante del cual estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.


Y sucedió que cuando Ahías oyó el sonido de sus pies, al entrar ella por la puerta, dijo: Entra, esposa de Jeroboam; ¿por qué te finges otra? Pues yo soy enviado a ti con revelación dura.


Y Samuel dijo: ¿Tiene Jehová tanto contentamiento con los holocaustos y sacrificios, como en obedecer a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios; y el prestar atención, que la grosura de los carneros.


Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios, que Él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.


Lejos de ti el hacer tal cosa, que hagas morir al justo con el impío y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?


y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;


Después dijo Samuel: Traedme a Agag rey de Amalec. Y Agag vino a él delicadamente. Y dijo Agag: Ciertamente se pasó la amargura de la muerte.


Y Samuel dijo: Como tu espada dejó las mujeres sin hijos, así tu madre será sin hijo entre las mujeres. Entonces Samuel cortó en pedazos a Agag delante de Jehová en Gilgal.


Hijo de hombre, endecha sobre la multitud de Egipto, y despéñalo a él, y a las hijas de las naciones poderosas, a las partes más bajas de la tierra, con los que descienden a la fosa.


No escapará de las tinieblas; la llama secará sus ramas, y con el aliento de su boca perecerá.


Por tanto, profetiza contra ellos, profetiza, hijo de hombre.


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