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Números 11:5 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Nos acordamos del pescado que comíamos de balde en Egipto, de los pepinos, y de los melones, y de las verduras, y de las cebollas, y de los ajos.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto y teníamos todos los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos que queríamos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 ¡Cómo echamos de menos el pescado que gratuitamente comíamos en Egipto, los pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 ¡Cómo nos acordamos del pescado que en Egipto comíamos de balde, de los pepinos, de los melones, de los puerros, de las cebollas y los ajos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 ¡Cuánto nos acordamos del pescado que comíamos de balde en Egipto, de los pepinos, de los melones, de los puerros, de las cebollas, de los ajos!

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Números 11:5
7 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y les decían los hijos de Israel: Mejor hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de las carnes, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto, para matar de hambre a toda esta multitud.


cuyo fin será destrucción, cuyo dios es su vientre, y cuya gloria es su vergüenza, que sólo piensan en lo terrenal.


Líbrame de los hombres, con tu mano, oh Jehová, de los hombres del mundo, que tienen su porción en esta vida y cuyo vientre llenas de tu tesoro escondido; están llenos de hijos, y dejan el resto a sus pequeños.


Y todos los hijos de Israel murmuraron contra Moisés y contra Aarón; y toda la congregación les dijo: ¡Quisiera Dios que hubiéramos muerto en la tierra de Egipto; quisiera Dios que hubiéramos muerto en este desierto!


Y queda la hija de Sión como choza en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada.


Mas desde que cesamos de ofrecer incienso a la reina del cielo, y de derramarle libaciones, todo nos falta, y somos consumidos por la espada y por el hambre.


y diciendo: No, sino que entraremos en la tierra de Egipto, en la cual no veremos guerra, ni oiremos sonido de trompeta, ni tendremos hambre de pan, y allá moraremos;


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