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Números 11:1 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Y cuando el pueblo se quejó, desagradó a Jehová; y al oírlo Jehová, se encendió su ira, y el fuego de Jehová ardió entre ellos y consumió a los que estaban en un extremo del campamento.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Poco después el pueblo comenzó a quejarse de las privaciones que enfrentaba, y el Señor oyó todo lo que decían. Entonces el enojo del Señor se encendió contra ellos y envió un fuego que ardió entre ellos y destruyó a algunos en las afueras del campamento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El pueblo murmuró malvadamente a los oídos de Yavé. Yavé lo oyó y se enojó: se encendió el fuego de Yavé contra el pueblo y devoró las primeras tiendas del campamento.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Pero aconteció que el pueblo comenzó a murmurar amargamente a oídos de YHVH. Y YHVH lo oyó y se encendió su ira, de manera que el fuego de YHVH ardió contra ellos, y consumió un extremo del campamento.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Aconteció que el pueblo profirió amargos lamentos que sonaron mal a los oídos de Yahveh. Yahveh lo oyó, se encendió su ira y ardió contra ellos un fuego de Yahveh que devoró un extremo del campamento.

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Números 11:1
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Y habló el pueblo contra Dios y Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan, ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.


Y les respondió Elías, y dijo: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo y te consuma con tus cincuenta. Y el fuego de Dios descendió del cielo y lo consumió a él y a sus cincuenta.


Y salió fuego de Jehová, y consumió a los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso.


También en Tabera, y en Masah, y en Kibrot-hataava, enojasteis a Jehová.


Y salió fuego de delante de Jehová que los quemó, y murieron delante de Jehová.


Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación de los hijos de Israel: Acercaos a la presencia de Jehová; que Él ha oído vuestras murmuraciones.


Estos son murmuradores, querellosos, andando según sus concupiscencias; y su boca habla palabras infladas, adulando a las personas para sacar provecho.


Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y fueron destruidos por el destructor.


Porque Tofet ya de tiempo está dispuesta y preparada para el rey. Él la hizo profunda y ancha; su pira es de fuego y mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, la enciende.


Y se encendió el fuego en su compañía; la llama quemó a los impíos.


Por tanto, oyó Jehová, y se indignó: y se encendió el fuego contra Jacob, y el furor subió también contra Israel;


Aún estaba este hablando, y vino otro que dijo: El fuego de Dios cayó del cielo, y quemó las ovejas y los criados, y los consumió; solamente escapé yo para traerte la noticia.


Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y ella vino a ser su esposa, y le dio a luz un hijo. Mas esto que David había hecho, fue desagradable a Jehová.


Porque fuego se ha encendido en mi furor, y arderá hasta el más profundo infierno; y devorará la tierra y sus frutos, e incendiará los fundamentos de las montañas.


Y a la mañana veréis la gloria de Jehová; porque Él ha oído vuestras murmuraciones contra Jehová; porque nosotros, ¿qué somos, para que vosotros murmuréis contra nosotros?


Los pecadores se aterraron en Sión, espanto sorprendió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?


Así partieron del monte de Jehová, camino de tres días; y el arca del pacto de Jehová fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso.


Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía, y a él también le quitó la vida.


He aquí, clama el jornal de los obreros que han segado vuestros campos, el cual por engaño no les ha sido pagado de vosotros; y los clamores de los que habían segado, han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.


Las montañas tiemblan delante de Él, y los collados se disuelven; y la tierra se enciende a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.


¿Por qué murmura el hombre viviente, el hombre en su pecado?


Que te salió al camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y fatigado; y no temió a Dios.


Y dile al pueblo: Santificaos para mañana, y comeréis carne: pues que habéis llorado en oídos de Jehová, diciendo: ¡Quién nos diera a comer carne! ¡Ciertamente nos iba mejor en Egipto! Por tanto, Jehová os dará carne, y comeréis.


Y todos los hijos de Israel murmuraron contra Moisés y contra Aarón; y toda la congregación les dijo: ¡Quisiera Dios que hubiéramos muerto en la tierra de Egipto; quisiera Dios que hubiéramos muerto en este desierto!


porque todos los que vieron mi gloria y mis milagros que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz,


¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan?


Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros:


Por lo cual, tú y todo tu séquito os juntáis contra Jehová, pues Aarón ¿qué es, para que contra él murmuréis?


Y será, que el varón que yo escogiere, su vara florecerá; y haré cesar de sobre mí las quejas de los hijos de Israel, con que murmuran contra vosotros.


El fuego devoró a sus jóvenes, y sus vírgenes no fueron dadas en casamiento.


Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama, que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinos.


Como entré en juicio con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así entraré en juicio con vosotros, dice el Señor Jehová.


Delante de su rostro iba mortandad, y a sus pies salían carbones encendidos.


Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová.


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