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Nehemías 9:29 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

29 Y los amonestaste para que volviesen a tu ley; mas ellos fueron soberbios, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá. Pero ellos dieron la espalda, y endurecieron su cerviz, y no escucharon.

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Biblia Reina Valera 1960

29 Les amonestaste a que se volviesen a tu ley; mas ellos se llenaron de soberbia, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; se rebelaron, endurecieron su cerviz, y no escucharon.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 »Les advertías que regresaran a tu ley, pero ellos se volvieron orgullosos y obstinados, y desobedecieron tus mandatos. No siguieron tus ordenanzas que dan vida a quienes las obedecen. Tercamente te dieron la espalda y se negaron a escuchar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Les advertiste que volvieran a tu Ley, pero en su orgullo no cumplieron tus órdenes; pecaron contra esos mandatos que dan vida a cualquiera que los pone en práctica. No te ofrecieron más que una espalda rebelde y una nuca terca, no te obedecieron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Testificaste contra ellos para que se volvieran a tu Ley, pero fueron arrogantes y no escucharon tus mandamientos, sino que pecaron contra tus preceptos, por los cuales vive el hombre que los cumple, y volvieron obstinadamente la espalda, y endurecieron su cerviz,° y no quisieron escuchar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Tú los exhortabas a volverse a tu ley; pero ellos se mostraron insolentes, no obedecieron tus mandatos, pecaron contra tus leyes, en cuya observancia se encuentra la vida. Se alzaron de hombros en plan de rebeldía, endurecieron su cerviz, no quisieron oír.

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Nehemías 9:29
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Mas ellos y nuestros padres hicieron soberbiamente, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos.


Por tanto mis estatutos y mis juicios guardaréis, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos: Yo soy Jehová.


Pero fueron desobedientes y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti; e hicieron grandes abominaciones.


Y diste señales y maravillas en Faraón, y en todos sus siervos, y en todo el pueblo de su tierra; porque sabías que habían hecho soberbiamente contra ellos; y te hiciste nombre grande, como en este día.


Por esta causa los corté por medio de los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale.


dijo Azarías, hijo de Osaías, y Johanán, hijo de Carea, y todos los hombres soberbios dijeron a Jeremías: Mentira dices; no te ha enviado Jehová nuestro Dios para decir: No entréis en Egipto a peregrinar allí;


y la ley no es de fe, sino que dice: El hombre que las hiciere, vivirá en ellas.


Porque Moisés describe la justicia que es por la ley: El hombre que hiciere estas cosas, vivirá por ellas.


Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.


Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en altivez, fue depuesto del trono de su reino, y traspasaron de él la gloria:


y les di mis ordenanzas, y les declaré mis decretos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos.


No se han humillado hasta el día de hoy, ni han tenido temor, ni han caminado en mi ley, ni en mis estatutos que puse delante de vosotros y delante de vuestros padres.


Así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí, yo traeré sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no oír mis palabras.


Mas ellos no obedecieron, ni inclinaron su oído, antes endurecieron su cerviz para no oír ni recibir corrección.


Pero no me escucharon ni inclinaron su oído; antes endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.


Y Jehová, el Dios de sus padres, envió a ellos por medio de sus mensajeros, levantándose de mañana y enviando; porque Él tenía misericordia de su pueblo, y de su habitación.


Y les envió profetas para que los volviesen a Jehová, los cuales les amonestaron; mas ellos no los escucharon.


Y Jehová amonestaba a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescribí a vuestros padres, y que os envié por medio de mis siervos los profetas.


Y sucederá que cuando les sobrevinieren muchos males y angustias, entonces este cántico responderá en su cara como testigo, pues no será olvidado de la boca de su linaje; porque yo conozco lo que se proponen, aun hoy, antes que los introduzca en la tierra que juré darles.


yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que presto pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para poseerla: no estaréis en ella largos días sin que seáis totalmente destruidos.


Entonces Moisés y Aarón vinieron a Faraón, y le dijeron: Así dice Jehová Dios de los hebreos: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo para que me sirvan.


Y Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino uno, Dios. Y si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.


Y Jehová habló a Manasés y a su pueblo, pero ellos no escucharon;


Los soportaste muchos años, y les amonestaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, mas no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra.


En aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban los lagares en sábado, y que acarreaban gavillas, y cargaban asnos con vino, y también de uvas, de higos, y de toda clase de carga, y los traían a Jerusalén en día de sábado; y les amonesté acerca del día que vendían el mantenimiento.


Jehová habló sobre vosotros, oh remanente de Judá: No entréis en Egipto; sabed por cierto que os advierto hoy.


Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes contra Jehová; ¿y cuánto más después que yo haya muerto?


y os dije: Yo soy Jehová vuestro Dios; no temáis a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; mas no habéis obedecido a mi voz.


Pero ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios.


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