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Nehemías 9:16 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Mas ellos y nuestros padres hicieron soberbiamente, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Mas ellos y nuestros padres fueron soberbios, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 »Sin embargo, nuestros antepasados fueron arrogantes y tercos, y no prestaron ninguna atención a tus mandatos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 pero nuestros padres se negaron, se pusieron testarudos y no obedecieron tus órdenes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Pero ellos y nuestros padres obraron con soberbia y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Pero ellos, nuestros padres, fueron insolentes: endurecieron su cerviz, desoyeron tus mandatos.

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Nehemías 9:16
33 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y los amonestaste para que volviesen a tu ley; mas ellos fueron soberbios, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá. Pero ellos dieron la espalda, y endurecieron su cerviz, y no escucharon.


entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.


Mas por tu dureza, y tu corazón no arrepentido, atesoras ira para ti mismo, para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios,


Y diste señales y maravillas en Faraón, y en todos sus siervos, y en todo el pueblo de su tierra; porque sabías que habían hecho soberbiamente contra ellos; y te hiciste nombre grande, como en este día.


Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes contra Jehová; ¿y cuánto más después que yo haya muerto?


antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.


Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.


Así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí, yo traeré sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no oír mis palabras.


¡Oh generación, atended a la palabra de Jehová! ¿He sido yo un desierto a Israel, o una tierra de oscuridad? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Señores somos; no vendremos más a ti?


Pero ellos se rebelaron, y contristaron su Santo Espíritu; por lo cual Él se volvió su enemigo, y peleó contra ellos.


¡Oh si hubieras atendido a mis mandamientos! Entonces tu paz habría sido como un río, y tu justicia como las olas del mar.


Por cuanto yo sabía que eres obstinado, y tendón de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce,


El hombre que reprendido muchas veces endurece su cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él remedio.


Pecamos como nuestros padres, hicimos iniquidad, hicimos impiedad.


Oye, pueblo mío y te protestaré. ¡Oh Israel, si me oyeres!


También se rebeló contra Nabucodonosor, el cual le había hecho jurar por Dios; y endureció su cerviz, y obstinó su corazón para no volverse a Jehová, el Dios de Israel.


No endurezcáis, pues, ahora vuestra cerviz como vuestros padres; someteos a Jehová y venid a su santuario, el cual Él ha santificado para siempre; y servid a Jehová, vuestro Dios, y el furor de su ira se apartará de vosotros.


Pero ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios.


Pero engordó Jesurún, y dio coces; engordaste, te cubriste de grasa. Entonces dejó al Dios que lo hizo, y menospreció a la Roca de su salvación.


Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac, y Jacob; no mires a la dureza de este pueblo, ni a su impiedad, ni a su pecado;


Y me habló Jehová, diciendo: He visto ese pueblo, y he aquí, que es pueblo duro de cerviz.


Por tanto, sabe que no por tu justicia Jehová tu Dios te da esta buena tierra para poseerla; que pueblo duro de cerviz eres tú.


¡Oh, que hubiera tal corazón en ellos, que me temieran y guardaran siempre todos mis mandamientos, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre!


Y Jehová dijo a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz:


y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu Sanador.


Pero no me escucharon ni inclinaron su oído; antes endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.


Y ella cambió mis juicios y mis ordenanzas en impiedad más que las naciones, y más que las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon mis juicios y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos.


Porque nuestros padres se han rebelado y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová, nuestro Dios; que le dejaron, y apartaron sus rostros del tabernáculo de Jehová, y le volvieron las espaldas.


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