Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Nahúm 1:5 - Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Las montañas tiemblan delante de Él, y los collados se disuelven; y la tierra se enciende a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

5 Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Ante la presencia de Dios las montañas se estremecen y las colinas se derriten; la tierra tiembla y sus habitantes son destruidos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

5 los cerros tiemblan ante él, y las lomas se estremecen. Ante él se derrumban la tierra, el universo y todos los que en él viven.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

5 h Ante Él tiemblan las montañas, Los collados se derriten, w Ante su presencia se pone de pie la tierra, El mundo y todos los que en él habitan.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 He. Tiemblan los montes ante Él, se estremecen las colinas. Ante Él trepida la tierra, el orbe y cuantos lo habitan.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Nahúm 1:5
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y debajo de Él se derretirán las montañas, y los valles se hendirán como la cera delante del fuego, como las aguas que corren por un precipicio.


Miré las montañas, y he aquí que temblaban, y todas las colinas se movían levemente.


La tierra se estremeció y tembló; los fundamentos del cielo fueron conmovidos, se estremecieron, porque se indignó Él.


Te vieron las montañas y temblaron; pasó el desbordamiento de las aguas; el abismo dio su voz, y levantó en alto sus manos.


la tierra tembló; también destilaron los cielos a la presencia de Dios; aquel Sinaí tembló a la presencia de Dios, del Dios de Israel.


Las montañas se derritieron delante de Jehová, aun aquel Sinaí, delante de Jehová, el Dios de Israel.


¿A vosotras, montañas, qué saltáis como carneros, y a vosotros, collados, qué saltáis como corderitos?


Las montañas saltaron como carneros, y los pequeños collados como corderitos.


Brame el mar y su plenitud; el mundo y los que en él habitan;


Bramaron las naciones, titubearon los reinos; dio Él su voz, se derritió la tierra.


Y todo el monte de Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego: y el humo de él subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en gran manera.


Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo; y no fue hallado lugar para ellos.


Y he aquí, fue hecho un gran terremoto; porque el ángel del Señor descendió del cielo y llegando, removió la piedra de la puerta, y se sentó sobre ella.


Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló, y las rocas se partieron:


Y el cielo se apartó como un pergamino que es enrollado; y toda montaña y toda isla fue movida de su lugar.


Entonces se estremeció y tembló la tierra; y los cimientos de los collados se conmovieron y fueron sacudidos, porque se indignó Él.


Por esta causa se encendió la ira de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y lo hirió; y se estremecieron los collados, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, pero su mano todavía está extendida.


He aquí que Jehová vacía la tierra y la deja desierta, y trastorna su faz y dispersa sus moradores.


Temblará la tierra, temblará como un borracho, y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levantará.


Delante de ellos temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.


¿Quién eres tú, oh gran montaña? Delante de Zorobabel serás reducida a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones, diciendo: Gracia, gracia a ella.


Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día vendrá y los abrasará, dice Jehová de los ejércitos, el cual no les dejará ni raíz ni rama.


Él remueve las montañas en su furor, y ellas no saben quién las trastornó.


Las columnas del cielo tiemblan, y se espantan a su reprensión.


Humo subió de su nariz, y el fuego de su boca consumía; carbones fueron por él encendidos.


Él mira a la tierra, y ella tiembla; Toca los collados, y humean.


Mas Jehová es el Dios verdadero; Él es el Dios viviente y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación.


que los peces del mar, y las aves del cielo, y las bestias del campo, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra temblarán a mi presencia; y las montañas serán derribadas, y los vallados caerán, y todo muro caerá a tierra.


El Señor Jehová de los ejércitos es el que toca esta tierra, y se derretirá, y llorarán todos los que en ella moran; y subirá toda como un río, y menguará luego como el río de Egipto.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម